Desde el pasado lunes, unos 8.000 migrantes de origen marroquí han accedido a Ceuta en una crisis sin precedentes en suelo español. La oleada migratoria ha caído en tromba en la política de nuestro país, así como en la sociedad.
El éxodo migratorio sigue dejando imágenes inéditas, desde las unidades del Ejército de Tierra desplegadas por la zona a la entrada de migrantes ante la pasividad de las autoridades marroquíes.
También hay lugar para las duras imágenes de los menores rescatados por la Guardia Civil y militares, con fotografías que ya han dado la vuelta al mundo como la del agente que lleva en sus brazos a un bebé en pleno rescate en el agua.
Otro de los momentos que ha dejado huella es el de un joven migrante que echa a llorar y se funde en un abrazo con una cooperante de Cruz Roja, mientras a pocos pasos otros miembros de la ONG intentan salvar la vida de otro joven que ha llegado a territorio español.
La crisis ha propiciado que el presidente del Gobierno suspenda su agenda para desplazarse hasta Ceuta, donde fue recibido entre abucheos y gritos de dimisión. El propio Sánchez había afirmado momentos antes en Moncloa que se mostrarán "firmes" para garantizar la seguridad en la frontera "ante cualquier circunstancia".
La oposición no ha dudado en criticar la oleada migratoria y la gestión del Gobierno. Es el caso de Pablo Casado, que ha pedido la devolución inmediata de los migrantes y la "integridad territorial" de las fronteras con "todos los medios necesarios".
Por parte de Vox, Abascal también viajó hasta Ceuta y calificó el éxodo migratorio como una "invasión": "Sánchez ha rendido la frontera sur". Además, el partido verde ha anunciado que dejará de apoyar al Ejecutivo andaluz si la Junta de Andalucía acoge a los menores migrantes llegados a suelo nacional.