Seis meses después de su primer cara a cara, Pablo Iglesias y Albert Rivera han vuelto a sentarse con Jordi Évole como moderador para analizar las razones de la repetición de elecciones y enfrentar sus proyectos.
El tono de la conversación fue mucho más elevado que en la anterior ocasión, con constantes acusaciones y momentos agrios. Las políticas en educación, sanidad y refugiados propiciaron los momentos más tensos. En uno de ellos, Rivera apuntó que Iglesias había llamado a Amancio Ortega "criminal" en las redes sociales, lo que Iglesias negó firmemente.
También se enzarzaron al hablar de Grecia, donde el líder de Podemos acusó a Rivera de solidarizarse con los refugiados y no dar la tarjeta sanitaria a los inmograntes que llegan a España. "Pablo, me indignas", llegó a decir Rivera.
Respecto a sus intenciones de pactar después del 26-J, Iglesias insistió en que su partido sólo está dispuesto a gobernar con el PSOE, aunque no descarta acuerdos puntuales con otros partidos, mientras que el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, se sentará a hablar con todo el que pueda formar gobierno.
Además, se han acusado mutuamente de ser los culpables de que siga gobernando el PP, y mientras el primero ha criticado a C's por ser una filial de los populares, el segundo le ha culpado de impedir un acuerdo para formar Gobierno.