EEUU pone en marcha una serie de medidas para prevenir ciberataques durante las elecciones presidenciales
Las autoridades de Estados Unidos han puesto en marcha una serie de medidas de seguridad para prevenir que se produzcan ataques cibernéticos en el marco de las elecciones presidenciales, que tendrán lugar el 8 de noviembre.
La posibilidad de que se produzca un ciberataque, así como una respuesta violenta por parte de la población civil ante los resultados de los comicios, ha ensombrecido la carrera hacia la Presidencia de la candidata Demócrata, Hillary Clinton, y el candidato Republicano, Donald Trump.
Por ello, Las autoridades de Estados Unidos han puesto en marcha una serie de medidas de seguridad para prevenir que se produzcan ataques cibernéticos en el marco de las elecciones presidenciales, que tendrán lugar el 8 de noviembre.
Sin embargo, el Gobierno estadounidense, que teme que se pueda producir un "hackeo" con la intención de difundir información interesada sobre los candidatos, no ha dispuesto ningún dispositivo especial para prevenir las protestas civiles.
Para disminuir la amenaza de ciberataque, todos los estados, a excepción de dos, han aceptado la ayuda del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) para escanear y revisar el registro de votos y el sistema electoral en busca de puntos débiles, según han informado las autoridades.
El estado de Ohio ha pedido que se establezca una unidad de protección cibernética de la Guardia Nacional del Ejército de Estados Unidos para ofrecer asistencia y proteger el sistema de votación.
La secretaria de estado de Arizona, Michele Reagan, junto a su equipo de seguridad cibernética, se ha reunido con varios funcionarios de la Oficina Federal de Investigación (FBI) para discutir cómo proceder.
Los expertos en seguridad en la red han indicado que las posibilidades de que tal ataque se produzca son remotas, especialmente debido a que las máquinas de los colegios electorales no están conectadas a Internet. Sin embargo, el FBI emitió varias alertas en agosto tras detectar varias incidencias en las bases de datos de votos registrados en los estados de Arizona e Illinois.
Varios miembros de los servicios de Inteligencia estadounidenses han comunicado que no existe una alerta específica en relación con el día de las elecciones, pero que las autoridades permanecen preocupadas ante la posibilidad de que Rusia intente intervenir en el proceso electoral.
A pesar de que varios grupos armados se han reunido junto a los colegios electorales en varios puntos del país, las autoridades de Ohio, Pensilvania, Arizona, Wisconsin y Florida han decidido no desplegar a más agentes de las fuerzas de seguridad.
El director ejecutivo de la Orden Fraternal de la Policía, Jim Pasco, ha indicado que se está siguiendo el mismo protocolo que el establecido para grandes eventos y ha manifestado que los grupos armados que dicen garantizar que no se cometa fraude electoral "hablan mucho pero actúan poco".
"Un gran despliegue de las fuerzas de seguridad puede tener un efecto negativo sobre el electorado", ha señalado la presidenta del Comité de Derechos Civiles, Kristen Clarke.