La propia compañía admitió ayer que, además de los problemas ya conocidos, se han detectado también "irregularidades" en la certificación de emisiones de CO2, que afectan a alrededor de 800.000 vehículos del grupo.
Según informó VW en un comunicado, en el marco de las investigaciones sobre los motores diésel por las acusaciones de las autoridades medioambientales estadounidenses -centradas en las emisiones de óxido de nitrógeno (NOx)-, se han detectado qué modelos presentaron datos irregulares de emisiones de CO2.
Sin especificar marcas o modelos, la empresa cree que este caso puede afectar a 800.000 vehículos, principalmente de motores diésel, y afirma que "los riesgos económicos se han cifrado en una primera evaluación en 2.000 millones de euros".
En septiembre, tras desvelarse el escándalo por el trucaje de los diésel, que afectaba a 9,5 millones de vehículos, ya anunció una provisión de 6.700 millones de euros.
Volkswagen, que hace unos días tuvo que salir al paso a otras informaciones procedentes de Estados Unidos y relacionadas con la marca de deportivos Porsche, explicó ahora que se pondrá en contacto "de manera inmediata" con las autoridades responsables de las homologaciones para trasladarles su información.
Con ello contribuirá a realizar una estimación más fiable de las "consecuencias jurídicas y económicas de unos hechos que no están totalmente aclarados".