Qué pasa tras la bajada de tipos de interés del BCE
El Banco Central Europeo cerró 2024 con un nuevo recorte de tipos de 25 puntos básicos, el cuarto del año y el tercero consecutivo, hasta situar la tasa de depósito en el 3%, al tiempo que rebajó las previsiones de crecimiento de la eurozona hasta 2026 en un contexto de gran incertidumbre.
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El Consejo de Gobierno del BCE, que se reunió por última vez este 2024 en Fráncfort (Alemania), también rebajó las operaciones principales de financiación (OPF), las inyecciones semanales de dinero, y la facilidad de crédito, la que presta a los bancos a un día, hasta el 3,15 y el 3,4, respectivamente.
La presidenta de la institución, Christine Lagarde, admitió en la rueda de prensa posterior a la reunión del consejo que la decisión se tomó por unanimidad, ya que los miembros concluyeron que era "la correcta", pese a que se debatieron "propuestas" sobre un recorte de tipos de 50 puntos básicos.
Lagarde defendió que, aunque todavía no se había logrado "la victoria contra la inflación" y querían ver un cambio en la resistencia de la referencia interna, la eurozona sí que estaba en camino de lograr su objetivo del 2% a medio plazo.
"Tuvimos un Consejo de Gobierno, el último de 2024, que nos permitió, no que reconozcamos aún la victoria contra la inflación, ni que podamos decir 'misión cumplida', pero sí reconozcamos que la inflación va por el buen camino para alcanzar el objetivo del 2 %", afirmó.
De hecho, en las proyecciones macroeconómicas que también se publicaron este jueves, los expertos del BCE recortaron una décima sus previsiones de inflación media para 2024 y 2025, hasta el 2,4 y 2,1%, respectivamente; al tiempo que la mantuvieron en el 1,9% para 2026 y la situaron en el 2,1% para 2027.
Frente a la inflación, el BCE volvió a rebajar una décima su previsión de crecimiento para la eurozona este año, hasta el 0,7%, en tanto que para 2025 revisó dos décimas a la baja su pronóstico anterior, hasta el 1,1%.
Además, también recortó en una décima su previsión para 2026, al 1,4%, en tanto que añadió el pronóstico para 2027, del 1,3%.
En este sentido, Lagarde destacó que la economía debería seguir fortaleciéndose con el tiempo, "aunque más lentamente de lo previsto".
Cambio en el discurso
Aunque reiteró que los tipos de interés continuaban en niveles restrictivos, Lagarde eliminó de su discurso que se mantendrían "en niveles suficientemente restrictivos durante el tiempo que fuera necesario para lograr ese objetivo".
En lugar de esa frase, reiterada desde que el organismo comenzó con las bajadas, la presidenta de la institución destacó que seguirían manteniendo un enfoque reunión a reunión y dependiendo de los datos "para determinar la orientación apropiada de la política monetaria".
Según explicó, el BCE consideró que era completamente legítimo eliminar esa referencia porque "obviamente" habían recorrido mucho terreno con respecto a la inflación y estaban "en un entorno completamente distinto".
En cualquier caso, Lagarde descartó que se llevara a cabo un recorte de 50 puntos básicos en enero, aunque destacó que la situación podía cambiar dependiendo de los datos y que eso era exactamente lo que pensaban hacer: "No anticiparemos X o Z de cara a las siguientes decisiones sobre las políticas monetarias".
Además, afirmó que, por el momento, el organismo no ha discutido sobre dónde se situará la tasa neutral aunque probablemente será "un poco más alta de lo que era antes".
Qué pasa tras la bajada de tipos de interés del BCE
Cada movimiento de la máxima autoridad monetaria en la eurozona tiene consecuencias directas para ciudadanos, empresas y países en materia de créditos, precios, hipotecas, ahorro, exportaciones, etc.Actualmente, hay especulaciones sobre si el Banco Central Europeo (BCE) está considerando una nueva rebaja de los tipos de interés, según informa el BBVA.
Desde que Christine Lagarde asumió la presidencia del BCE en noviembre de 2019, la política de tipos de interés ha estado centrada en mantenerlos en niveles históricamente bajos para estimular la economía. Las decisiones de reducir los tipos de interés han tenido como objetivo principal reactivar una actividad económica dañada por eventos como la pandemia de COVID-19 y mejorar la capacidad de financiación de familias, empresas y del Estado, permitiendo financiación a precios más competitivos.
Históricamente, otras razones para bajar los tipos de interés han incluido una recuperación económica débil, baja inflación y la fortaleza del euro, que puede perjudicar las exportaciones.
Por otro lado, cuando el BCE aumenta los tipos de interés, generalmente busca contener la inflación y estabilizar los precios, especialmente en épocas de expansión económica, donde una mayor demanda puede incrementar los precios.
Consecuencias positivas
La reducción de los tipos de interés suele ser favorable para los hipotecados. Aquellas hipotecas referenciadas al Euribor, que constituyen más del 80% de las hipotecas en España, probablemente experimenten una disminución en sus cuotas mensuales debido a la relación directa entre la evolución de los tipos de interés y el Euribor. Sin embargo, esto depende de las condiciones pactadas en la hipoteca o la fecha de revisión.
Si las hipotecas se abaratan, las familias podrían disponer de más dinero mensual para consumo u otros fines, potencialmente estimulando las ventas de las empresas. Sin embargo, algunas familias podrían optar por ahorrar o saldar deudas en lugar de aumentar su consumo, especialmente aquellas que han pasado por dificultades económicas.
Otro efecto positivo es que ciudadanos y empresas podrían acceder a financiamiento más barato. La bajada de los tipos de interés implicaría una reducción automática del tipo al que el BCE presta dinero al sistema bancario, lo que debería traducirse en créditos con mejores condiciones y con menores tipos de interés para los demandantes.
Además, aunque la devaluación del euro puede ser una consecuencia de la rebaja del precio del dinero, esto beneficiaría a las empresas con negocios en el exterior, ya que un euro más débil las haría más competitivas y mejoraría las exportaciones.
Consecuencias negativas
Un efecto negativo notable es la disminución de la rentabilidad de los productos de ahorro. La rentabilidad de los depósitos bancarios disminuiría, posiblemente desplazando a los ahorradores hacia la renta variable en busca de mayores rendimientos.
Otra consecuencia inmediata sería la depreciación del euro frente al dólar. Esto encarecería los viajes al extranjero a países fuera de la comunidad europea, ya que al cambiar euros, estos tendrían menor valor, lo que resultaría en mayores costos para los viajeros.