El Congreso aprobó en mayo la reforma del subsidio por desempleo. Esta medida, promovida por la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, introduce importantes novedades en el sistema de prestaciones gestionadas por el Servicio Público de Empleo Estatal.
La novedad más importante es la posibilidad de cobrar el paro a la vez que trabajar. Esta compatibilidad será posible gracias al Complemento de Apoyo al Empleo, que busca que se beneficien las personas más vulnerables y con menor empleabilidad.
Para poder acceder a esta ayuda, el subsidio o prestación por desempleo deberá haberse concedido por un período igual o superior a 12 meses y deberán haber transcurrido nueve meses desde que la persona lo percibe.
Otro requisito es que el salario del trabajador no podrá superar el 225% del Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples (IPREM), que actualmente es de 1350 euros al mes.
Esta compatibilidad será concedida de manera automática y no será voluntaria. Si un beneficiario empieza a trabajar, el subsidio se convertirá de oficio en un complemento al empleo. No obstante, el tiempo durante el que se reciba este complemento se descontará de la duración total del subsidio.
El tiempo durante el que se podrá compatibilizar el subsidio con un salario es limitado. No podrán superarse los 180 días por cada nuevo empleo a tiempo completo o parcial, sin que se reduzca la cuantía.
Además, la cuantía será variable y decreciente con el paso del tiempo. Durante los primeros seis meses, se percibirá el 95% del IPREM (570 euros), durante los seis siguientes, el 90% (40 euros) y, a partir de ahí, el 80% (480 euros). Valores que se actualizarán según cambios en el IPREM.
La reforma del subsidio por desempleo se aplicará en dos fases. Desde el 1 de noviembre entró en vigor el régimen general, mientras que la compatibilidad con el empleo estará disponible a partir del 1 de abril de 2025 para que las administraciones públicas puedan implementar la medida de forma efectiva.