La cuota de solidaridad es una de las principales novedades de la reforma de las pensiones. Su objetivo es el de la sostenibilidad del sistema de pensiones al mejorar los ingresos de la Seguridad Social y el carácter redistributivo. Ahora, el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones ha introducido una variación respecto al planteamiento inicial. Incorporará un elemento adicional de progresividad. Con la recaudación de esta medida se mejorará las condiciones de las pensiones no contributivas y de las contributivas más bajas.
Esta cuota de solidaridad afecta a los salarios que superen la base máxima de cotización. Las bases máximas, independientemente de la categoría profesional y grupo de cotización, desde el 1 de enero de 2023 son de 4.495,50 € mensuales (o de 149,85 € diarios). Solo impacta en la cantidad de salario que supere esa base máxima. En un inicio la cuota era de l 1 % en 2025 e irá aumentando a un ritmo de 0,25 puntos por año hasta llegar al 6 % en 2045.
El diputado del Pdecat Genís Boadella propuso introducir ese elemento adicional de progresividad por tramos de salario, algo que el Gobierno ha aceptado y que aparecerá en el texto que se publique en el Boletín Oficial del Estado (BOE). Así, a partir de 2025, finalmente se aplicará una cuota de solidaridad de:
En 2045, cuando la cuota esté desplegada al completo, el primer tramo tendrá una cuota 5,5%, al segundo tramo se le aplicará un tipo del 6%, y al tercero, del 7%.
Desde el Ministerio que dirige José Luis Escrivá explican que los autónomos estarán exentos de la cuota de solidaridad, ya que se les ha aplicado, desde este año, el nuevo Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) por ingresos reales, que tiene un periodo de transición de nueve años, hasta 2032, por lo que el Gobierno veía precipitado incorporar, también, la cuota de solidaridad sin saber cómo evolucionaría el nuevo RETA y ha preferido evitarlo por prudencia.