Según los últimos datos del Ministerio de Economía, las ventas al Reino Unido suponen cerca del 8 % de las exportaciones españolas, una cuota que podría verse mermada si el país entra en crisis y si se vuelve a un sistema arancelario.
Entre enero y abril, el Reino Unido ha recibido exportaciones españolas por valor de 6.613,4 millones, sólo por detrás de Francia y Alemania, la mayoría bienes de equipo, vehículos y productos del sector agroalimentario.
A diferencia de lo que ocurre con Alemania -primer socio comercial de España-, la situación con el Reino Unido es de superávit comercial, puesto que las importaciones suponen casi la mitad de las exportaciones, 3.704,4 millones hasta abril, con un incremento del 1,3 % respecto al mismo periodo del año anterior.
Desde el punto de vista de los británicos, España es el octavo socio comercial, tanto como proveedor como cliente.
El Reino Unido es el segundo país al que España destina una mayor inversión, detrás de Estados Unidos, con un total de 62.117 millones de euros en 2014, según los datos de la Secretaría de Estado de Comercio.
Los principales sectores receptores de esa inversión son las telecomunicaciones, los servicios financieros y el suministro de energía.
En los tres primeros meses del año, España había invertido 59 millones en el Reino Unido, repartidos básicamente entre dos sectores: servicios financieros y actividades de alquiler.
En sentido contrario, el Reino Unido es el tercer mayor inversor en España, con 37.670 millones en 2014, por detrás de Estados Unidos e Italia.
Hasta el primer trimestre de este año el flujo de inversión del Reino Unido en España fue de 425 millones, destinados a sectores como la ingeniería civil, el transporte terrestre y las actividades actividades inmobiliarias, entre otras cosas.