¡Viva la imaginación!... (y las cabinas)
La serie que os traemos hoy es una de esas joyas con las que, de cuando en cuando, nos sorprenden las grandes editoriales. En este caso es DC la que edita este Dial H, y que con acierto lleva un tiempo publicando en España ECC Ediciones. Una historia que atrapa desde el principio y que desborda imaginación por los cuatro costados. Un cómic que tiene como punto de partida uno de esos elementos que -a los que ya tenemos una edad- nos han acompañado durante la infancia y que han sido exterminados silenciosamente por el avance de los tiempos: la cabina de teléfonos.
Y es que me van a perdonar, pero ya no se hacen cabinas como las de antes. Bueno, la verdad es que ya no se hacen cabinas, al menos cada vez es más difícil encontrar una. Pasa como con los buzones. Lo que quiero decir es que incluso cuando era frecuente verlas, ya no eran como las de nuestra infancia. Las cabinas pasaron de ser un habitáculo protector que mantenía a salvo la intimidad de nuestras conversaciones, a ser un poste en medio de la calle donde cualquiera podía escuchar lo que decía el que la estaba utilizando. Claro que ese paso ya apenas importa si tenemos en cuenta que, hoy por hoy, todo el mundo va hablando por la calle con su teléfono móvil sin ningún tipo de preocupación por quién puede estar escuchando su conversación. Pero hubo un tiempo en el que éramos más pudorosos. En el que las conversaciones privadas no se exponían al público, y en el que las cabinas formaban parte del paisaje urbano de cualquier ciudad de mediados de los ochenta. Cabinas protectoras que con sus puertecitas, techo y paredes, resguardaban a quien las utilizaba tanto de las orejas ajenas como de los elementos.
El caso es que para los que conocimos a Naranjito, las cabinas eran mucho más que un teléfono público. Mercero demostró que podían llegar a convertirse en un elemento absolutamente aterrador. Sin embargo, para mi van a estar ya siempre ligadas a ÉL. Siempre serán el lugar que permitía a Clark Kent permanecer a salvo de miradas ajenas mientras se arrancaba la ropa para convertirse en Superman. Las cabinas eran el cambiador de Superman y de esta forma pasamos a incorporarlas a nuestros juegos infantiles como un elemento más. Cuando los niños aún jugaban en las calles, me refiero, al menos en las ciudades de provincias. El caso es que cuesta imaginar qué hubiera sido de Clark Kent si no hubieran existido esas cabinas, que buscaba rápidamente con la mirada en cuanto veía que había alguna situación que requería la intervención de Superman. ¿Qué habría hecho si hubieran estado entonces las cabinas-poste del infierno? ¿Se hubiera puesto de perfil detrás intentando que no se le viera mucho? ¿Se hubiera escondido entre dos coches aparcados? ¿Hubiera utilizado el recurso de las puertas giratorias?
Como deducirán por toda esta reflexión de chichinabo que les acabo de colar, el hecho de que Dial H tenga su punto de partida en una cabina olvidada de un callejón oscuro llegó al corazón de quien les escribe, y eso a la hora de empezar a leer un cómic, es muy importante. Pero al margen de sentimentalismos baratos, y centrándonos en la historia que reseñamos hoy, he de decirles que éste es un cómic fuera de lo común. Un rara avis dentro de DC que recupera una vieja cabecera para revolucionarla por completo.
Decimos vieja cabecera porque Dial H existe desde 1966, año en que Dave Wood y Jim Mooney lo crearon para la revista House of Mystery. Eso sí, su protagonista poco tiene que ver con el que protagoniza esta última etapa. Para empezar el dial no aparece en una de nuestras adoradas cabinas, sino que Robby Reed (que así es como se llama el protagonista primigenio) lo encuentra tirado en una cueva. Aquella primera andadura se prolongó durante apenas dos años, en los que Robby se transformó en gigante, en cometa humano, en un héroe con poderes magnéticos... Después Dial H reapareció en distintas épocas cambiando algunas pautas de la historia original: dos protagonistas con dos diales, que cada vez fuera una persona diferente la que utilizara el dial, que los protagonistas se convirtieran sin necesidad de marcar HERO en él... Hasta que en 2012 vio la luz la colección de la que éste Dentro de ti es su primer volumen editado en España, y que recoge los primeros seis números publicados en Estados Unidos. El encargado de relanzar la serie fue el novelista China Miéville, que la convirtió en su experimento personal. Un tipo bastante raro si tenemos en cuenta “lo peculiar” del invento.
Y es que este es un cómic fuera de lo común por varias razones. En primer lugar porque Miéville aprovecha el punto de partida de la serie (el dial que confiere poderes al que marca HERO en él) para dar rienda suelta a su imaginación y sentido del humor, y parir a algunos de los superhéroes más locos que hayamos visto jamás. El caso es que ahora el dial pasa a convertirse en una especie de ruleta rusa al dar diferentes poderes con cada marcación; y hay que decir que no siempre son todo lo molones que uno puede pensar. Por las páginas deeste primer tomo de la serie (ya hay dos más publicados por Ecc) han pasado superhéroes como Arogallo, Ctrl Alt Supr, Chico Chimenea, Capitán Lacrimoso o Caracol de Hierro.
La serie cuenta con unos superhéroes fuera de lo normal, así que los protagonistas también debían ser peculiares. Y así es. El protagonista principal es Nelson Jent, un muchacho con un evidente problema de obesidad que, pese a no haber cumplido aún los 30, ya ha sufrido su primer ataque al corazón. Un perdedor que ha entrado en una espiral auto destructiva y que, salvo un amigo de la infancia, ya no tiene a nadie que se preocupe por él. El caso es que, movido por la urgencia y de casualidad, este looser profesional encuentra esa cabina perdida en un callejón y marca el número que le transforma en uno de esos superhéroes loquérrimos. Como es evidente, el muchacho vuelve una y otra vez para seguir transformándose para escapar de ese cuerpo perdedor y, de paso, luchar un poco contra el crimen. A él pronto se le une Muriel, una compañera mucho más experimentada que él en el uso del dial. De hecho lleva años estudiando su funcionamiento, tantos que ella ahora es casi una anciana.
El caso es que durante este primer tomo editado por ECC el autor nos presenta los personajes y sus primeros conflictos, mientras siguen tratando de desentrañar los misterios que hay en torno al dial. Toda una mitología que empieza a mostrar el autor en este primer tomo, que desde aquí os recomendamos si lo que queréis es pasar un buen rato.
Edición Original: Dial H for Hero núms. 0 y 1 a 6 USA
Editorial: ECC Ediciones
Guión: China Miéville
Dibujo: Mateus Santolouco, Riccardo Burchielli
Formato: Rústica, 160 págs. Color
Precio: 14,95 €