20 años de la publicación de Bola de Dragón

¿Y tú, dónde estabas?

Ahí estaba yo. Embobado delante de la tele viendo cómo un mocoso despeinado de medio metro y rabo de mono, hacía lo imposible por verle las braguitas a su compañera de viaje. Una tal Bulma, que todo sea dicho, no estaba nada mal. Pues era verdad… Todo lo que el Ito, mi compañero de clase, nos había contado en el recreo, era verdad.

ondacero.es

Madrid | 10.07.2012 17:28

Facsímil de Dragon Ball publicado por Planeta DeAgostini Cómics para el 20 aniversario de su edición en España | Editorial Planeta

Primavera de 1992, España desempolvaba su traje de los domingos y por fin se ponía guapa. Era su gran año: Barcelona celebraba sus Olimpiadas, Sevilla la Exposición Universal y Madrid era capital europea… Pero a los trece uno está a lo que está y que su país sea el centro de todas las miradas le trae al fresco. Y si un amigo te dice que veas algo mientras te clava el codo en las costillas, tú, claro, obedeces. Aún más si ese algo se intuye picantón. Porque a esas edades, repito, uno se agarra a un clavo ardiendo, de hecho, ahora que lo pienso, pasé bastante tiempo agarrado a él.

A lo que íbamos, la serie en cuestión, que, por cierto, toda la vida las hemos llamado dibujos animados y ahora, que a las primeras de cambio nos subimos al carro de lo políticamente correcto las denominamos anime o series de animación, no era otra que Bola de dragón. Las televisiones autonómicas con TVG a la cabeza, seguida de TV3 y ETB se hicieron con sus derechos de retransmisión en el 90 y al poco tiempo todavía seguían frotándose los ojos ante el éxito apabullante del que gozaba la serie, Telemadrid, como siempre, iba a tiro hecho, por eso servidor y resto de madrileños de su generación la descubriríamos más tarde. Pero lo que nadie (o al menos una infinita mayoría) sabíamos, era que aquella serie que traía de cabeza a las asociaciones de padres y espectadores por su extrema violencia y gamberrismo, estaba basada en un manga que llevaba arrasando en Japón desde 1984. Por aquella época decir manga o anime era arriesgarse a que tu abuela te metiera el termómetro entre las nalgas para comprobar si unas décimas de más eran el origen de tus delirios. Hoy la palabra manga forma parte, con mejor o peor suerte, de la RAE, pero a principios de los 90 muy pocos manga se habían publicado en nuestro país (algo de Tatsumi y el Akira de Otomo), por no hablar de las grandes series que se estrenaron y que nadie sabía que estaban basadas en mangas como Meteoro, Mazinger Z, Los caballeros del Zodíaco, Oliver y Benji, Candy Candy… (Sé lo que estáis pensando, pero Heidi y Marco, por nostálgico que seas, no valen). Animados por el éxito televisivo, un puñado de visionarios o inconscientes, si se quiere, se liaron la manta a la cabeza y apostaron por la publicación de este fenómeno en España. Todo un hito, pues sin saberlo, estaban pasando a formar parte de la historia, contribuyendo al nacimiento del manga en nuestro país. Día de autos: alguno allá por mayo de 1992. Culpable: Planeta DeAgostini.

No fue una tarea fácil. Puesto que era inviable editar la serie en formato japonés (tomo denominado tankobon o volumen recopilatorio) por no mencionar su sentido de lectura, el origen de Bola de Dragón fue una adaptación para presentarla como mejor conocían sus potenciales lectores. O sea, idéntico a cualquier otro cómic americano del mercado, vaya. Con su encuadernación a grapas, sentido occidental de lectura…, con la única excepción visible del B/N. A este contratiempo, se unió la compleja apuesta de Planeta por publicar esta serie de forma simultánea tanto en castellano como en catalán. A raíz de su éxito, en 1995 el mercado daba ciertos síntomas de poder avanzar en la edición manga y ahí estaba el pequeño Goku para marcar el camino, atreviéndose esta vez con el formato tankobon, aunque manteniendo el sentido de lectura occidental. Esta nueva edición conviviría con las series blanca y roja a las que más tarde se unieron las reediciones amarilla y azul. Después, hay un refrán que refleja lo que sucedió de manera bastante clara y que forma parte del ADN de nuestro país y muy a mi pesar de mi pueblo. No es otro que el de si culo veo… culo quiero. Pues eso fue lo que tuvieron que pensar el resto de editoriales, porque se lanzaron como posesos en busca de su Son Goku particular en lo que se conocía como shonen o mangas dirigidos a un público juvenil. A comienzos del siglo XXI, por fin vio la luz una edición con sentido de lectura oriental en formato tankobon y posteriormente, una edición definitiva denominada kanzeban o volumen especial de tirada limitada. Nuevamente, esta edición abriría la puerta a reediciones en este formato de series cumbre del manga en España como Monster, I´s, Dr. Slump o Saint Seya entre otras dejando claro la buena salud del manga en nuestro país.

A finales de 2012, Planeta quiere celebrar el 20º aniversario de su publicación, con una irrepetible edición: un estuche con dos volúmenes cartoné que no se podrán adquirir de forma separada y cuya edición será limitada y numerada. En ellos, se recopilarán desde el origen hasta el final del entrenamiento con el Maestro Tortuga y todo el 21er Torneo de Artes Marciales, respectivamente, completando la primera parte del manga de forma autoconclusiva. Mucho me equivoco o no habrá crisis que impida hacerse con esta joya para coleccionistas y fanáticos del noveno arte.