ANÁLISIS

Bolaños trae manzanas

El superministro Bolaños elude un día más la pregunta más incómoda del nuevo gobierno: ¿Cuándo, cómo y quién se reunirá con Junts? El propio Puigdemont se hacía la misma pregunta hasta hace unas horas y amenazaba con apoyar una moción de censura si no hay respuesta a sus primeras exigencias. Desde las filas socialistas deslizan ahora que este sábado sería la primera reunión.

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Ignacio Jarillo

Madrid | 29.11.2023 10:53

El ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños a su llegada a la apertura de la XV Legislatura | EFE/Borja Sánchez-Trillo

Bolaños es el ministro plenipotenciario del gobierno, el que más sabe y más áreas controla: Ministerio de la Presidencia, de Justicia y Relaciones con las Cortes, pero es el que menos cuenta sobre la parte más antipática de este nuevo gobierno: las reuniones secretas del PSOE con Junts en Ginebra. Y a falta de Bolaños, ha sido el muñidor de los acuerdos, Santos Cerdán, quien -sin encontrar palabras cómodas para confirmarlo- deslizaba el posible encuentro este mismo sábado. Una fecha que se conocía horas después de que el propio Puigdemont amenazara con apoyar una hipotética moción de censura del PP para tumbar al gobierno de Pedro Sánchez.

Desde la dirección del PP no ven creíble esta posibilidad. Y en un claro reproche a Pedro Sánchez el líder de los Populares, Alberto Núñez Feijóo- preguntado sobre ello en el patio Floridablanca del Congreso- contestaba: "A mi no me nombra presidente el Sr. Puigdemont".

¿Moción de censura o solo fuegos políticos artificiales? La respuesta es lo de menos. Solo el mensaje del líder independentista ya da muestras de cómo está ese patio tras la investidura.

Y es que Felix Bolaños cambia el gesto cada vez que escucha esa pregunta continua en los pasillos del Congreso. Una cuestión difícil de responder en sí misma porque solo con hacerla nadie puede negar lo que está pasando: que un gobierno legítimo tiene que rendir cuentas a su socio de investidura en el extranjero, porque su líder está perseguido por la justicia de este país. De hecho, escribir estas líneas parecería hace cuatro meses un ejercicio de política-ficción. Pero no lo es.

En el entorno del PSOE justifican la situación política actual, recordando que hay un bien mayor innegable: que un gobierno progresista siga gobernando este país y que así lo han querido los españoles tras el 23-J, permitiendo que el juego de mayorías parlamentarias -también legítimo- conforme la mayoría reflejada en la pasada investidura.

Pero todo este argumento -que nadie puede rebatir- queda empañado cuando una y otra vez se elude a esa pregunta continua con aquel "manzanas traigo" de quien no quiere sabe nada cuando se le cuestiona al ministro Bolaños sobre cómo serán sus reuniones secretas con Puigdemont.

Desde la dirección de Ferraz enfrían esa futura reunión y la enmarcan en la ronda de ellas que habrá a partir de ahora. Fuentes del entorno de Pedro Sánchez prefieren cambiar el enfoque de este primer encuentro tras la investidura y destacar que será una primera reunión de trabajo positiva para dejar claro las profundas diferencias que hay entre PSOE y Junts per Catalunya. Y que no tiene por qué haber un verificador en concreto para esa y ulteriores reuniones. Puede ser un organismo mediador profesional suizo perfectamente -confirmaban hace unas horas las mismas fuentes.

Pero desde Junts -insisten- aunque respetan el acuerdo de discreción con el PSOE, no coinciden con ese enfoque. Las reuniones entre Santos Cerdán y Puigdemont o en su caso entre ambos equipos, son sobre todo para fiscalizar el cumplimiento del pacto de investidura, no para evidenciar las profundas diferencias que puedan tener ambos partidos.

Y sobre el verificador -también desde Junts- más claridad interesada: hay y habrá un verificador o verificadores con nombres y apellidos. La formación independentista recuerda sus prioridades: poner fecha a un referéndum para la autodeterminación y que se concreten las comisiones de investigación en el Congreso contra miembros de la judicatura que a su parecer han practicado la guerra judicial o lawfare contra lideres independentistas.

Sea como fuere ahí queda la pregunta no contestada bajo el pretexto de la discreción que nadie le pide al PSOE: ¿Cuándo, cómo y con quién será la próxima reunión de control en Ginebra con Carles Puigdemont? Ya, sea el sábado o no, la pregunta parece de política-ficción.