Experiencias viajeras

Nueva York ataca de nuevo

Necesito Nueva York. Hace un par de años que no voy a esa ciudad tan impactante, tan cambiante, tan divertida, tan alocada... y el mono empieza a poseerme.

ondacero.es

Madrid | 09.11.2011 14:52

 

En la foto superior, vista de una de las galerías del Mercado de Chelsea.(Jorge Granullaque)

 

Una de las muchas cosas buenas que tiene trabajar en un programa de viajes (y en fin de semana) es que tienes poco tiempo libre para viajar por tu cuenta y ahorras dinero. Otra, que estoy abocado a viajar fuera de temporada y siempre encuentro precios muy buenos. Dos variables interesantes para planificar escapadas largas. Nueva York es una ciudad a la que siempre he ido en febrero. Sí, a esas alturas del año hace un frío que pela, pero todo queda compensado por el final de rebajas y los chollos que encuentras en ropa de invierno.

 

Los clásicos de Nueva York siguen en su sitio: el Empire, Times Square, Central Park, la Séptima Avenida, el SoHo, Chinatown, Battery Park, la señora Libertad, el East Village, Meatpacking District, el MoMa… Pero hay un nuevo parque que me muero de ganas por conocer: el High Line Park, una bonita historia de amor arquitectónico.

 

La High Line era (es) una antigua línea de tren del barrio de Chelsea creada en los años 30 del pasado siglo sobre las calles del oeste de la Gran Manzana. Las traviesas y las raíles se elevaron sobre una sólida estructura de hierro fundido para alejar el tráfico ferroviario de los viandantes. En 1980, un tren cargado con pavos congelados procedente del matadero neoyorkino hizo el último recorrido por las líneas de acero de la estructura mastodóntica.

Imagen del segundo tramo en obras del parque elevado. En febrero de 2009 era una simple estructura de hierro.

 

El paso de los años cubrió de maleza y flores silvestres la High Line, mientras la industrial Chelsea, arrimada al río Hudson, se plagaba de fábricas, lofts y naves de diseño. Una nueva vida llena de ricos vanguardistas, diseñadores, modistos y bohemios en la que parecía no tener sentido una High Line muerta. Las noticias de la demolición del monstruo dio vida a la asociación vecinal “Amigos de la High Line”. En el cadáver de hierro vieron un espacio abierto lleno de magia. Y la magia, casi una década después, se hizo maravillosa realidad.

 

No conozco este parque pero he leído que el High Line Park, el parque elevado de Manhattan, es un milagro de la arquitectura urbana que serpentea por entre los edificios de Chelsea, su mercado de diseño y el Meatpacking District. Aunque sólo sea por ver un milagro hecho por el hombre ya merece la pena buscar un vuelo a Nueva York.

Además de un parque en altura, los bajos de la estructura metálica de High Line Park sirven de espacios para tiendas de diseño.

Una nueva historia de amor neoyorkina a la que le pondría esta canción: