Tal y como comentamos el viernes en “En Serie Te Lo Digo” de “La Brújula” con Carlos Alsina, prácticamente todas las series de televisión que se precien, especialmente las comedias, cuentan con capítulos temáticos en los que se narran los entresijos de una festividad tan gastronómica como deportiva. A Friends, por ejemplo, no le faltaba un episodio de Acción de Gracias, a cada cual más desternillante. Otros de los ejemplos que se quedaron fuera de la selección que comentamos en el programa fueron Happy Endings, New Girl, Betty la Fea este mismo año Brooklyn Nine-Nine o The Michael J. Fox Show. También podemos acordarnos de series tan noventeras como Padres Forzosos, con los hombres de la familia a cargo de la comida, El Show de Bill Cosby, con el pobre protagonista recorriendo todos los supermercados de Nueva York en busca de los ingredientes y en medio de una furiosa tormenta, o Yo y el Mundo, con la cena que comparten Cory y su amigo Sean.
En cuanto al drama los ejemplos son igual de numerosos, y van desde la juvenil Felicity, y sus celebraciones universitarias, Dawson Crece, con la sucesión de visitas incómodas, Las Chicas Gilmore y sus cuatro cenas de Acción de Gracias o continuando con Lauren Graham, Parenthood y su reunión anual en la que los celos familiares y las visitas inesperadas se dan cita por igual. En definitiva, si los episodios de Halloween son la excusa perfecta para añadir a las tramas algo de miedo y de locura, por las licencias que los disfraces, y los de San Valentín ensalzan o critican los tópicos de la fecha, con Acción de Gracias, nuestra Nochebuena, los creadores aprovechan para sacar punta a los defectos y las virtudes de todas las familias o grupos de amigos, las manías y costumbres de cada uno de ellos y las ventajas o inconvenientes de las obligaciones que el calendario impone en nuestras vidas.