Sólo el curso pasado el Gobierno Vasco identificó en las aulas vascas 157 casos de bulling, 98 de ellos entre alumnos de 12 y 18 años. Una cifra mucho mayor si hablamos de la percepción del acoso, algo que relatan hasta 40.000 alumnos, el 20,3% en primaria y el 17,4% de los alumnos de secundaria. Datos que en Onda Cero ha recordado Goikoana Barcina de la asociación Arnastu, quien asegura que "nuestros centros escolares no son seguros" y que por ellos aun hay mucho trabajo por hacer. Hoy en día cada centro escolar tiene herramientas para detectar casos de bulling pero desde Arnastu creen que el problemas es que no se ven, que no se actúa con total celeridad y que tampoco hay una implicación de todo los agentes.
Para el bulling la implicación de la familia es fundamental. Reivindican que el acoso escolar, cuyas secuelas pueden prolongarse en el tiempo hasta 40 años, tiene entidad propia para tener una ley integral para tratar no sólo a las víctimas sino también a los acosadores, ya que es preciso saber el origen del comportamiento para erradicarlo.
Se considera acoso escolar cuando hay acciones reiteradas en el tiempo, con un desequilibrio de poder, no de fuerza, ni de edad sino en el sentido de que la personas acosada no puede defenderse por si mismo y debe haber intencionalidad de hacer daño, de ahí que se haya determinado que a partir de 4 años hay empatía suficiente para saber qué es lo que se hacer.