UN JAZZALDIA DE RÉCORD

La 58ª edición del Jazzaldia supera todas las expectativas artísticas y de asistencia

La organización valora muy positivamente y agradece la respuesta del público durante el 24 y el 25 de julio, días en los que llovió durante los conciertos

Andoni Amadoz

Gipuzkoa | 26.07.2023 13:32

La 58ª edición del Jazzaldia supera todas las expectativas artísticas y de asistencia | Jazzaldia

El Festival de Jazz de San Sebastián ha sido un éxito, a juzgar por los números que la organización ha dado a conocer esta mañana. Récord de visitantes, récord de entradas vendidas y récord en la calidad de las propuestas artísticas de los 90 conciertos programados en los 16 escenarios preparados para esta quincuagésimo octava edición. Ni siquiera la lluvia del 24 y el 25 de julio aguó la fiesta a las más de 191.000 personas que se han acercado a disfrutar de un género musical tan diverso como ecléctico durante los 5 días que ha durado el festival. En cuanto a los conciertos de pago, 21 en total, los números vuelven a estar a favor: 18.800 entradas se han vendido a personas de 40 países diferentes y 15 de los espectáculos han colgado el cartel de 'Sold Out'.

Puntos de mejora

Pese a la valoración positiva, desde la organización han insistido en dos puntos de mejora, de cara a la edición del año que viene, y que, se sabe ya, será del 24 al 28 de julio. El primero tiene que ver con el ruido que sacan los generadores colocados fuera de la Plaza de la Trinidad y que, en muchos momentos, llega a ser molesto hasta para los artistas, sostienen desde el Jazzaldia. También destacan, en ocasiones, el ruido generado por el propio público. El segundo punto tiene que ver con la acústica de algunos de los conciertos, en especial, el volumen de uno de los conciertos estrella de esta edición, el de Village People. Desde la organización, han pedido disculpas por si se escuchó peor de lo esperado, pero, al parecer, la mujer del fundador de la banda, Victor Willis, anduvo entre bambalinas tocando la mesa de sonido y generando momentos de confusión, llegando, incluso, a parar la música en un determinado momento de la actuación.