La pandemia del coronavirus ha dado un vuelco a todas las dinámicas sociales y sectores profesionales. También al inmobiliario, que cuenta con sus propias leyes más o menos rígidas y particulares. El confinamiento que tantos estragos provocó en la economía, al paralizar la actividad, también ha influido en la forma de trabajar, de consumir y de desplazarse. Así, la digitalización y el teletrabajo se han acelerado y generalizado en nuestra sociedad. Las periferias están ganando terreno sobre los centros urbanos. Así, localidades como Oiartzun, Usurbil, Astigarraga, Orio... fuera de la capital pero bien comunicadas con la misma, están ganando atractivo porque tienen salida rápida a las carreteras importantes y permiten una cierta desconexión de la ciudad.
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