Esta medida, pionera en las ciudades y villas gallegas, puede oscilar entre los 30 y 40 Km/h en las vías y carreteras del rural, en función de su diseño urbanístico. En aquellas que no cuenten con aceras o espacios para el peatón podrá circularse 10 kilómetros más rápido que aquellas que cuentan con esa infraestructura para los viandantes.
El impulso a esta ordenanza comenzo con la redacción desde hace varios meses (diciembre de 2010) y, en la actualidad, el borrador fue remitido a los departamentos técnicos del ayuntamiento para que emitan su informe definitivo.
La medida podría entrar en vigor a inicios del próximo año 2012. El único escollo nace en el intento municipal de establecer criterios homogeneos en todos los viales de titularidad provincial, autonómica y estatal.