La mujer relató al vecino que la encontró que dos hombres la habían golpeado porque se había negado a ejercer la prostitución y la habían dejado en Feces. Sin embargo, hay testimonios vecinales que contradicen lo que expuso la víctima. Según una pareja que regenta un establecimiento hostelero en la zona, sobre las diez de la noche del viernes, cuando estaban a punto de cerrar, vieron a la mujer bajar de un coche oscuro y le oyeron decir a uno de los ocupantes: «Mañana te llamo». Después dicen que la vieron sentada en el poyo de un bajo que está en alquiler, manipulando un teléfono, aparentemente tranquila y sin que hiciera amago de pedir auxilio. Así se lo contaron a los agentes de la Policía Judicial que les preguntaron. Otros vecinos de Feces tampoco oyeron nada, aunque viven al lado de la plaza donde apareció la mujer.
Poco después, sobre las diez y media, el vecino Aníbal Gaio oyó que una mujer, agachada entre dos contenedores, le pedía ayuda y que llamase a la Guardia Civil. La víctima, que estuvo ingresada por los golpes que tenía, dijo que a otras mujeres también las obligaban a prostituirse en esa zona de Portugal.