TRIBUNALES

Los facultativos declaran que Ana Sandamil "tenía delirios y síntomas psicóticos"

Continúa el juicio en la Audiencia Provincial de Lugo por el asesinato de la pequeña de siete años Desiree Leal con la comparecencia de médicos de urgencias y fuerzas de seguridad

ondacero.es

Lugo | 10.02.2022 13:05

Ana Sandamil en su llegada a la Audiencia Provincial | EFE/ Eliseo Trigo

Cuarto día consecutivo de juicio en la Audiencia Provincial de Lugo por el asesinato de la pequeña de 7 años Desiree Leal en Cospeito (Muimenta) en el año 2019. Se juzga a la madre de la niña, Ana Sandamil, como presunta autora del asesinato de su hija. Fiscalía, acusación particular y popular solicitan prisión permanente revisable por un delito de asesinato con alevosía y agravante de parentesco. El estado mental de la acusada, argumento principal que esgrime la defensa para intentar rebajar la pena, será clave en el veredicto que emita el jurado popular.

En la cuarta sesión del juicio celebrada este jueves, declararon médicos de urgencias y personal de psiquiatría del hospital que atendieron a la principal acusada después del crimen. Coinciden en la actitud colaborativa de Ana Sandamil y en su capacidad para contestar sus preguntas de una manera consciente y ordenada. Sin embargo detectaron síntomas de psicopatía, delirios y manías persecutorias en su relato. Uno de los médicos de urgencias recalcó que Ana Sandamil no tenía ninguna patología o enfermedad mental diagnosticada y que únicamente tomaba fármacos para dormir, aunque reconoce que en una de sus entrevistas le reconoció ciertas intenciones suicidas.

Otra facultativa declaró que Ana Sandamil tardó varias semanas en ser consciente de que su hija había muerto, ya que alternaba episodios de consciencia con síntomas psicóticos. Incluso llegó a decir en una ocasión: “Mi hija no está muerta, es todo un plan de su padre para llevársela”.

SESIONES PREVIAS

En la primera sesión del juicio compareció Ana Sandamil, que negó los hechos que se le imputan y dijo no recordar con claridad lo que ocurrió el día del crimen. También declararon los abuelos maternos y una vecina, que se encontraban en la vivienda en el momento en el que llegaron los sanitarios. Una de las enfermeras que trató de reanimar a la pequeña en esos críticos instantes, mostró su sorpresa al encontrar a todos los presentes en la vivienda “vestidos y arreglados”, algo que según comentó, no es habitual en situaciones similares. Además vislumbró restos de sangre “barrida” en las manos de la pequeña y heridas en la boca. También advirtió la presencia de un calcetín con manchas de sangre en el suelo de la habitación.

La declaración de los sanitarios fue confirmada por los agentes que acudieron a la vivienda tras la llamada a emergencias. Resaltaron la violencia de la escena que se encontraron y también la actitud “demasiado calmada” de la madre de la niña en contraposición con la de la abuela, que “estaba muy nerviosa y llorando todo el rato”. Pusieron el foco en las incongruencias en el relato de Ana Sandamil, que mostró una actitud defensiva ante las preguntas de los agentes y a la que en todo momento encontraron consciente y orientada.

Una de las declaraciones más sorprendentes, anulada por la juez por su escasa relevancia y dudosa veracidad, llegó de parte de una vecina de Cospeito. Aseguró que corrían rumores por el pueblo de que Ana Sandamil había dicho días antes del crimen que “si el padre pide la custodia de Desiree”, haría “desaparecer a la pequeña”.

Durante todas las sesiones en la Audiencia Provincial de Lugo se vivieron momentos de tensión en el traslado de la acusada desde el furgón policial al interior de la sala. Familiares y amigos del padre de la pequeña se dieron cita para arroparle en los instantes previos al comienzo.