Por 644 votos a favor, seis en contra y tres abstenciones ha salido adelante la reforma del decreto que permite que cada país destine el 10% de los fondos FEADER no gastados en 2021 y 2022 a paliar los daños causados por catástrofes naturales. Una apuesta por la simplificación para que los Estados miembros, puedan declarar un área entera afectada, permitiendo así, ayudas que aportarán liquidez a los agricultores y pequeñas y medianas empresas.
En el caso de Extremadura, afectaría a las pérdidas ocasionadas por la lengua azul y a las provocadas por las tormentas en el cultivo de la cereza. Se destinarán en total 30 millones de euros y cada beneficiario percibirá un máximo de 42.000.