Extremadura, que ha descendido en 51.481 habitantes en la última década, se sitúa entre los territorios del interior y el Atlántico que siguen acusando una sangría poblacional que les ha hecho perder hasta más de 430.000 habitantes desde el año 2013, todo ello sin que el sistema de financiación autonómica, donde la población tiene un peso relevante, se haya actualizado.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha actualizado esta semana los datos de población por comunidades autónomas del año 2023, donde se visualiza un incremento de habitantes en Madrid y las comunidades autónomas del Mediterráneo en detrimento de otras regiones del interior peninsular.
La tendencia que arrojan estos datos del INE es que el flujo migratorio en la última década se ha desplazado en beneficio de Madrid, Cataluña, Comunidad Valenciana, Murcia, Andalucía y Baleares, mientras que regiones como Castilla y León, Castilla-La Mancha, Extremadura, Aragón, Galicia, Asturias o Cantabria siguen perdiendo habitantes. En el caso de Extremadura, ha pasado de tener 1.104.004 habitantes en el año 2013 a contar actualmente con una población de 1.052.523 personas.