La Guardia Civil interviene en Almoharín bolsos y carteras de marcas falsificadas valorados en 30.000 euros
Agentes de la Guardia Civil han investigado a un hombre como supuesto autor de un delito contra la propiedad industrial
Agentes de la Guardia Civil han investigado a un hombre como supuesto autor de un delito contra la propiedad industrial, después de ser sorprendido cuando realizaba la venta ambulante de más de un centenar de bolsos y carteras de marcas supuestamente falsificadas, valorados en más de 30.000 euros.
La actuación se llevó a cabo el pasado sábado 12 de junio, cuando agentes de la Guardia Civil que patrullaban por la localidad cacereña de Almoharín, observaron a un hombre que se hallaba realizando la venta ambulante de bolsos y carteras de conocidas marcas comerciales.
Al inspeccionar la mercancía, incluida aquella que transportaba en un vehículo cercano, solicitaron al vendedor la acreditación de su legal adquisición, que "no pudo presentar al carecer de toda documentación relativa a su procedencia", por lo que los agentes intervinieron de manera cautelar todos los artículos al observar que pudieran constituir falsificaciones de marcas de reconocido prestigio internacional.
Se trataba de productos que eran "idénticos o susceptibles de ser confundidos con los productos de las marcas originales", o tenían logotipos, signos, formas o dibujos, iguales o casi iguales a los de las marcas originales, según informa la Guardia Civil en nota de prensa.
En total, se han intervenido un total de 125 bolsos y carteras, que pretendían venderse bajo la aparente fabricación de marcas comerciales legalmente registradas, por lo que los agentes instruyeron diligencias por la supuesta comisión de un delito contra la propiedad industrial.
El vendedor era un hombre, de 47 años y nacionalidad senegalesa, que ha sido investigado por un supuesto delito contra la propiedad industrial.
El precio de mercado del conjunto de los artículos intervenidos superaba los 30.000 euros, y su venta hubiera supuesto una presunta estafa para el consumidor final que, "al crearle confusión por imitar al producto original, habría adquirido prendas con una calidad muy inferior a la de las originales".
Asimismo, explica la Guardia Civil que la venta de este tipo de productos "incurre en la mayoría de las ocasiones en una competencia desleal hacia otros vendedores, además de poder incurrir, como en este caso, en un delito contra la propiedad industrial".