El concejal de Patrimonio; José Ramón Bello, ha recordado que han participado 17 de los 20 vecinos “era una zona muy degradada en la que hemos probado un tipo de actuación que es relativamente novedosa, que es el concurso público-privado para conseguir que desde lo público podamos intervenir en fachadas, una cuestión que no nos resulta nada fácil y encuentra muchas dificultades legales, y aquí hemos encontrado una fórmula muy positiva”.
“Los vecinos, por su parte”, ha detallado, “aportan el mantenimiento de los elementos que se van a ir colocando, el principal son flores en las fachadas, lo que es atractivo para los turistas y familiar para los vecinos y vecinas”.
Las actuaciones que se han llevado a cabo han sido la demolición de los elementos degradados en fachadas, reparaciones con mortero; pintado general de las fachadas con silicato mineral; preparación y pintado general de las carpinterías y cerrajerías; y desplazamiento de algunos aparatos de aire acondicionado y ocultación de otros.
Asimismo, la sustitución de algunos canalones/bajantes de materiales inadecuados por otros tradicionales; dotación de jardineras y plantas de flor de bajo mantenimiento y larga vida; ocultación temporal de una fachada con una lona decorativa; colocación de papeleras, de bancos y de 5 árboles en las dos plazas estanciales; refuerzo de huecos de las barandillas existentes para evitar caídas; y dotación de una fuente de beber, incluido punto para perros.
La intención del Ayuntamiento, ha explicado el concejal del área, “es que en al año 2022 podamos intervenir también en el suelo, y buscar una fórmula que la haga más accesible teniendo en cuenta sus dificultades actuales”.
“Aunque ha sido una intervención meramente estética, quiere ir mucho más allá. Es una intervención de rehabilitación urbana, diseñada y hecha con la participación de la mayoría del vecindario, y el primer paso de una intervención que irá a más en cuanto a la organización de actividades y la creación de un tejido vecinal”, ha resaltado Bello.