Hoy venía pensando en... intensidad y sufrimiento

Hoy venía pensando en dos palabras: intensidad y sacrificio. La primera define al Valencia de la primera parte ante la Real, la segunda al de los segundos cuarenta y cinco minutos.

Nada que ver con la imagen mostrada ante el Huesca. Como el león herido en su orgullo y ante un rival del que todos hablan maravillas, los de Javi Gracia saltaron al césped con mucha intensidad. Eso les sirvió para ser competitivos y anular a los de Imanol Alguacil. Asi sí.

La segunda parte fue distinta. Con los donostiarras volcados ante la portería de Jaume los valencianistas supieron sufrir. Por un momento nos olvidamos de la necesidad de reforzar la zaga, esa misma en la que ayer Diakhaby y Guillamon brillaron. Era un asedio constante ante el que el valencia supo resistir esperando su momento. Y ese llegó de la mano de Wass, Gaya y un inconmensurable Maxi que sigue en estado de gracia.

Solo el VAR nos puso el corazón en un puño en el último minuto. la nueva norma es clara: mano y por tanto gol anulado. Victoria, tres puntos y colíderes junto al Getafe.

Y pensaba en lo maravilloso que es este deporte. Cuando menos esperas de tu equipo, cuando menos ilusión tienes, cuando la negatividad te invade y crees que no hay nada que hacer, el fútbol no deja de sorprenderte. Pocos esperaban una victoria ayer, pocos confiaban en esos chavales que saltaron al césped.

Tal vez solo ellos. Heridos en el orgullo tras los palos recibidos desde el sábado se convirtieron en una especie de Ave Fénix para resurgir y hacer que volvamos a ilusionarnos. Eso si, que Murthy no piense que esta victoria nos hace olvidar las necesidades que tiene este equipo…