El Oceanogràfic de Valencia logra la integración de las cuatro belugas
Por primera vez en Europa se puede contemplar un grupo de cuatro animales de una de las especies más emblemáticas del planeta
Valencia |
Tras siete meses del rescate de las dos belugas del acuario NEMO de Járkov (Ucrania) y su traslado al Oceanogràfic, Plombir y Miranda han logrado integrarse con Kylu y Yulka, los otros dos animales que habitan en el centro marino valenciano.
Un logro que ha sido posible gracias a un minucioso proceso de socialización liderado por el equipo de cuidadores, veterinarios y científicos del Oceanogràfic, quienes han trabajado para garantizar el bienestar de los animales y facilitar la adaptación a su nuevo entorno.
A partir de hoy, los visitantes del acuario ya pueden contemplar una escena única en Europa: la convivencia de un grupo formado por cuatro belugas.
Meses de atención especializada
El proceso de adaptación de los animales ha sido meticulosamente planificado y ejecutado durante este tiempo.
A su llegada el pasado junio, Plombir y Miranda se instalaron en áreas no visibles al público, donde recibieron cuidados veterinarios especializados, una dieta cuidadosamente supervisada y un seguimiento constante de su estado físico y emocional.
Desde el primer día, el bienestar de los animales ha sido la máxima prioridad para el equipo técnico y científico del Oceanogràfic. Cada detalle del proceso de adaptación ha sido meticulosamente evaluado para ajustar las rutinas diarias a las necesidades de cada ejemplar y favorecer su integración de manera progresiva y segura.
Los primeros contactos
Durante las semanas posteriores al rescate, los cuidadores del Oceanogràfic (Ciudad de las Artes y las Ciencias - Generalitat Valenciana) realizaron guardias de 24 horas y facilitaron el contacto visual y acústico entre ambas parejas de belugas a través de las compuertas de seguridad. Un proceso que permitió que los animales se conocieran de forma paulatina.
"Las belugas son animales sociales y muy sensibles a los cambios. Desde un principio, un equipo multidisciplinar de expertos del Oceanogràfic planificaron el seguimiento de la integración”, explica el doctor Daniel García-Párraga, director de Operaciones Zoológicas del Oceanogràfic.
La primera integración se realizó entre Kylu, la cría de 8 años, y Miranda, la hembra ucraniana. Un acercamiento que hizo posible avanzar en la unión del resto del grupo.
A medida que avanzaron los días, se organizaron nuevos encuentros, esta vez entre Plombir y Kylu. De hecho, Kylu actuó como nexo entre los demás, facilitando el todo el proceso. Además, los cuidadores trabajaron para crear un ambiente especialmente positivo durante estos primeros contactos.
En las semanas recientes, se han realizado sesiones supervisadas en las que los cuatro ejemplares han compartido espacio en las mismas áreas de la instalación, favoreciendo una interacción gradual y controlada.
Avances en la comunicación de las belugas
Las belugas del Oceanogràfic participan voluntariamente en proyectos de investigación científica de la Fundación Oceanogràfic.
El último estudio proporciona información clave sobre las capacidades vocales y los patrones de comunicación de estos mamíferos.
Un hallazgo destacado es el realizado por la doctora Audra Ames, investigadora de la Fundación Oceanogràfic, quien ha descubierto que las belugas rescatadas de Ucrania, Plombir y Miranda, emiten sonidos distintos a los de las valencianas, Kylu y Yulka. Según Ames, “estas vocalizaciones se asemejan más a los silbidos de los delfines, un fenómeno que podría relacionarse a la convivencia de Plombir y Miranda con esta especie en el acuario de Járkov.”
En los siete meses transcurridos desde su llegada al Oceanogràfic, Ames ha continuado analizando y documentando los avances en el comportamiento comunicativo.
Plombir ha comenzado a emitir sonidos más similares a los de las belugas, especialmente durante las interacciones con los cuidadores. Sin embargo, también mantiene su característico silbido, lo que, según Ames, “sugiere un proceso de adaptación vocal progresiva”.
Por su parte, Kylu está intentando imitar algunas de las vocalizaciones de Plombir. “Este esfuerzo incluye sonidos que recuerdan a los balbuceos observados en crías de beluga durante sus etapas iniciales de aprendizaje vocal, un indicio de que podría estar desarrollando nuevas habilidades comunicativas”, comenta la doctora Audra Ames.
Para profundizar en estas observaciones, la investigadora ha analizado datos acústicos registrados durante el período inicial de introducción de los animales y sus etapas posteriores. Estos registros, obtenidos mediante hidrófonos instalados en las instalaciones, permiten a la investigadora identificar patrones vocales y estudiar cómo evoluciona la comunicación entre los ejemplares en un entorno compartido.
Un esfuerzo coordinado
Con la unión de Plombir, Miranda, Kylu y Yulka, el Oceanogràfic de Valencia no solo alcanza un logro significativo en la adaptación de belugas rescatadas, sino también reafirma su compromiso con la conservación de la fauna marina. Este proyecto demuestra la importancia del conocimiento y la dedicación en el cuidado de animales en situaciones críticas.
La unión de Plombir, Miranda, Kylu y Yulka marca un hito significativo para el Oceanogràfic de Valencia, que no solo culmina con éxito un complejo proceso de adaptación de animales rescatados, sino que también reafirma su firme compromiso con la conservación de la fauna marina.
Este proyecto es un claro ejemplo de cómo el conocimiento, la dedicación y el esfuerzo conjunto pueden transformar la vida de animales en situaciones críticas.