Cultura restaura el Cristo de la Vida de Crevillent; única imagen de la Comunitat creada con caña de maíz
Otra singularidad de la pieza es que cuenta en las extremidades con unas uñas de origen humano que pertenecieron a alguien que vivió entre los años 1436-1473
Elche |
El Instituto Valenciano de Conservación, Restauración e Investigación, que es un organismo dependiente de la Conselleria de Cultura, ha restaurado la imagen del Cristo de la Vida de la parroquia Nuestra Señora de Belén.
Se trata de la única imagen conocida en toda la Comunitat Valenciana realizada con caña de maíz. Es una pieza de tamaño natural que data de finales del siglo XVI o principios del XVII, siendo de origen novohispano, procedente de lo que se conoció como Nueva España, la actual zona del sur de México, especialmente Michoacán y la ciudad de México.
La restaurada imagen se ha presentado este pasado miércoles en un acto celebrado en la parroquia Nuestra Señora de Belén que contó con la asistencia de la secretaria autonómica de Cultura, Pilar Tébar; el Obispo de la Diócesis Orihuela-Alicante, José IgnacioMunilla; la alcaldesa de Crevillent, Lourdes Aznar, y el párroco de Nuestra Señora de Belén, Joaquín Carlos.
Además de la peculiaridad de estar hecha de caña de maíz, otra singularidad de esta pieza es que cuenta en las extremidades con unas uñas de origen humano que pertenecieron a alguien que vivió entre los años 1436-1473, según las pruebas de Carbono 14 y, por tanto, a una persona anterior a la llegada de Cristóbal Colón a América en 1492.
También se sabe que las uñas debieron pertenecer a una persona vegetariana o que, al menos, basaba la mayoría de su dieta en alimentos de tipo vegetal.
"Se trata de dos peculiaridades que han sorprendido a los expertos durante el largo y complejo proceso de restauración, que ha permitido devolver la imagen en condiciones óptimas a su parroquia, donde todos los ciudadanos de Crevillent podrán disfrutarla y rendirle culto", ha subrayado Pilar Tébar.
La imagen llegó a la parroquia para suplir la carencia del Cristo de la Victoria del escultor Joan Flotats, perdida tras la Guerra Civil española de 1936. Sin embargo, el encargo de una nueva imagen del Cristo de la Victoria al escultor Carles Flotats i Galtés por parte de la familia Magro Espinosa, motivó que la imagen novohispana pasara a un segundo plano y se retirase del culto.