El arrestado ha ingresado en prisión y sembró el temor entre los establecimientos comerciales de la ciudad al perpetrar los cinco asaltos con violencia que se le atribuyen en un espacio muy corto de tiempo.
Según ha constatado la investigación, el joven accedía a los comercios a cara descubierta, y una vez llegaba al mostrador, sacaba el machete y se lo acercaba a sus víctimas a la vez que les pedía dinero y les amenazaba con clavárselo. Los asaltados, atemorizados, accedían a sus demandas y les facilitaban toda la recaudación que había en ese momento en el interior de las cajas registradoras.