Los hechos ocurrieron en la madrugada del pasado domingo. A la llegada de los agentes al lugar, los vecinos condujeron a los agentes a la casa y, tras llamar al timbre, el ahora arrestado les abrió la puerta, momento en el que la mujer aprovechó para salir al encuentro de los policías, que observaron una fuerte contusión en la frente y el rostro ensangrentado.
La víctima informó de que ambos habían finalizado su relación hacía unos meses después de un año como pareja y aseguró que, a causa de los celos, el hombre le había tirado una silla a la cabeza y golpeado con un palo en la parte posterior de ésta, al tiempo que le profería amenazas de muerte y la retenía en el interior de la vivienda.
El detenido, que tenía en su poder las llaves de acceso al domicilio, no consiguió articular una versión coherente del suceso, según los agentes, y en dependencias policiales manifestó de forma espontánea que había golpeado la cabeza de su expareja contra la encimera de la cocina.
La víctima fue trasladada a un centro sanitario para la valoración médica de las lesiones que presentaba.