"Cambiemos estereotipos para que en las empresas e instituciones se instaure la paridad"
Fermín Crespo, director y fundador de ATAMA Estrategia Responsable, analiza la convocatoria de huelga general de mujeres del 8 de Marzo
El movimiento por la igualdad entre hombres y mujeres cada vez tiene más incidencia en todos los ámbitos de la sociedad. Sin ir más lejos la secretaria general de la patronal nacional CEOE, Ana Plaza, pidió ayer a los empresarios, a las Administraciones, a las instituciones educativas y a la sociedad en su conjunto, en la clausura del Foro de Mujeres Directivas que redoblen esfuerzos para lograr el 40% de mujeres en los Consejos de Administración, un objetivo que la Comisión Europea se ha propuesto alcanzar en 2020.
Los datos cuentan historias: en la Unión Europea 7,3 millones de personas ocupan puestos de dirección en las empresas, 2,6 millones son mujeres (el 35%), la cifra de directoras generales en grandes compañías es insignificante todavía (sólo el 3%). Es obvio que, pese a que las mujeres representan aproximadamente la mitad de las personas con empleo en la UE, siguen infrarrepresentadas (y tienen salarios sensiblemente más bajos) en los consejos de administración, que son los órganos en los que se toman las grandes decisiones estratégicas y operativas de las compañías.
Las diferencias se agudizan cuando se analiza el mercado laboral español en su conjunto. Un informe de UGT señala que la brecha salarial ha alcanzado el 23,25%, un punto más que en 2010, lo que representa unos seis mil euros al año.
Y ¿qué podemos hacer para eliminar estas diferencias y romper el techo de cristal en las carreras profesionales de las mujeres? En primer lugar no mirar hacia otro lado y reconocer que es un problema al que sólo se puede dar respuesta con un compromiso de toda la sociedad.
Si queremos que nuestro país avance debemos poner en valor todo el talento que atesoran sus individuos, independientemente de su sexo, apostando por quienes tienen más aptitudes y actitudes en cada caso.
Tendremos que emplearnos a fondo en la formación, pero también en la educación en las familias (las tareas domésticas siguen asociadas al papel femenino en el subconsciente colectivo, según la Comisión Europea, la mujer trabajadora dedica una media de 26 horas a la semana a estas labores, por 9 del hombre).
Es necesario que cambiemos estereotipos y trabajemos para que en las empresas y en las instituciones se instaure una cultura que favorezca la paridad, que propicie la diversidad y la riqueza de puntos de vista.
A pesar de las dificultades, hay motivos para la esperanza: la transformación digital de las empresas abre la posibilidad de hacer las cosas de manera distinta con un mayor papel del estilo creativo, la capacidad para dialogar o la inteligencia emocional de las mujeres; y un informe de ManpowerGroup confirma que los hombres y mujeres de la generación millennials están convencidos de que están llamados a completar esa transformación social siendo los actores principales de su propia carrera profesional integrando su vida laboral y personal, y decidiendo cuándo impulsar una u otra según sus intereses.
La semana próxima, el día 8 de marzo, el movimiento feminista internacional ha convocado una huelga general evidenciar su importancia en la economía de un país, coincidiendo con el Día Internacional de la Mujer. Un gesto que seguro va a contribuir a la sensibilización social sobre esta cuestión.
Los gestos están bien, pero para mí es más relevante que cada uno de nosotros de un paso hacia la igualdad absoluta en su vida cotidiana todos los días, sin excepción.