'Con las Orejas Tiesas': ¿Torpeza o mala fe?
La opinión de Juan Lozoya, cada lunes en Más de Uno Castellón.
En estos nuevos nuevos tiempos políticos en los que vale todo, resulta difícil sorprenderse ya por casi nada. Pero, miren, sigue habiendo tiempo, y hueco, para sorprenderse.
Trabajando con Javier Moliner en la Diputación de Castellón hace cosa de una década, le trasladé lo que yo consideraba una mala jugada por parte de una persona y hecha a mala fe. El presidente me miró con su media sonrisa de coña y me dijo: ‘Juan, no atribuyas a mala fe lo que es pura torpeza’.
Esta semana pasada fui testigo de una jugada de ese estilo en una institución pública de la provincia de Castellón, por parte de una institución pública de fuera de la provincia de Castellón.
Perdonen que me guarde la identidad de los protagonistas por respeto a uno de ellos, pero es que en los casi 30 años que llevo viviendo en primera línea de la comunicación y de la política, he visto pocas cagadas de semejante calibre.
Y, siguiendo el dogma de Javier Moliner, que tan bien vive ahora alejado del foco político, y mediático, prefiero atribuirlo a pura torpeza, que a mala fe.
Y prefiero verlo así y pensar para mí ‘¡¡qué cagada, mi brigada!!’, porque si me pongo en el caso de que haya sido hecho con alevosía y premeditación… Como diría otro ex presidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra: ‘¡Cuerpo a tierra, que vienen los nuestros!’.
Y eso tendrá consecuencias, porque desgraciadamente debe ser así por responsabilidad. Pero hay formas y formas… así que, lo dicho, prefiero pensar que ha sido pura torpeza.
La misma torpeza que podemos percibir en la ciudad de Castellón, donde es bastante probable que tengamos que asumir, o no, el pago de alguna tarifa por aparcar en algunos espacios que hasta ahora eran gratuitos.
Y nos encontramos con que el PSOE y Compromís han cargado contra el PP por plantear esta opción de cara al futuro, cuando resulta que ellos mismos ya estaban planteando la misma alternativa cuando todavía estaban en el Gobierno municipal… y que seguramente estarían también aplicándola ahora. ¡Qué torpeza, por no decir mala fe!
Y es que las ayudas de la Unión Europea son chachi, pero rara vez llegan sin una letra pequeña que condiciona. Y lo hace porque así debe hacerlo, por responsabilidad. Porque el dinero que se regala y que el beneficiario recibe sin ninguna contraprestación ni compromiso termina por no darle valor.
Pero es que, además, nos enfrentamos a un panorama económico y político jodido de verdad. Primero porque, como dicen algunos expertos como Luis Garicano, en España estamos en serio riesgo de caer en una decadencia económica porque, más allá de las macrocifras que plantean desde el Gobierno, y que son ciertas, la realidad es que estamos asistiendo a un estancamiento de la productividad y la renta per cápita, una tasa de paro contenida por el sobredimensionado empleo público y la mentira de los fijos discontinuos y una deuda pública tan disparada como inasumible para el Gobierno que tome las riendas de España a final de mes si, como parece, pese a todo, se ratifica a final de mes.
Está claro que la situación económica viene jodida y que a partir de 2024 vamos a encontrarnos con unos recortes presupuestarios bastante dolorosos en todas las administraciones públicas. La Unión Europea ya se ha cansado de que algunos Gobiernos, y no miro a ningún lado, se hayan aprovechado de la coyuntura generada por el coronavirus para hacer de su capa un sayo y hayan despilfarrado dinero en chorradas y legislado por decreto lo que les ha salido de los mismísimos.
El barra libre para todos se ha terminado y no solo eso, sino que además de tener que gastar menos, vamos a tener que empezar a devolver lo que nos ha transferido Europa estos últimos años.
Así que, si vamos a tener menos presupuesto para gastar y, encima, ahora tenemos que empezar a devolver nuestra deuda… no hace falta ser Einstein para saber que nos las vamos a ver y desear.
Y si a esto hay que sumar lo que Cataluña ya exige que le transfiera el Gobierno español para sostenerlo los próximos años, no me salen las cuentas ni de coña.
Y mientras tanto, aquí en la Comunitat Valenciana seguimos viendo los toros desde la barrera mientras nos siguen cayendo los golpes. Porque de resolver nuestra infrafinanciación ya endémica, nada de nada.
Eso sí que es pura torpeza, porque me resisto a pensar que sea mala fe.
De todas formas, no hagan mucho caso… que es solo mi opinión.