'Con las Orejas Tiesas': Una financiación justa
La opinión de nuestro colaborador, Juan Lozoya, en 'Más de Uno Castellón'.
Hace un par de semanas, antes de que celebrasen las elecciones Generales, me preguntaban aquí, en la redacción de Onda Cero Castellón al salir de soltaros mi rollo semanal, que era lo que debíamos reivindicar ante el Gobierno que saliese de las urnas. Y yo lo tuve claro: una financiación justa para la Comunitat Valenciana.
Pero no es que sea algo que yo tenga claro, es que es algo que tienen claro tanto toda la clase política de la Comunitat Valenciana, como todo el tejido empresarial autonómico. Se trata de una injusticia que va camino de convertirse en histórica y que ninguno de los dos grandes políticos ha sabido, o ha querido, reparar después de que el socialista José Luis Rodríguez Zapatero aprobase en la primera década del milenio el actual sistema de financiación.
Lo cierto es que este sistema aprobado para toda España, a los castellonenses y a nuestros vecinos del resto de la Comunitat nos dejaba a los pies de los caballos. Y hoy, casi 15 años después, seguimos nutriéndonos de las mismas miserias a las que nos condenaron entonces.
Apenas unos años después, con el popular Mariano Rajoy en el Gobierno, el PSOE puso el grito en el cielo y atrajo las reivindicaciones de Compromís y el PP para exigir un reparto justo de los fondos, sin ningún resultado. Y eso que fue la bandera reivindicativa del president Ximo Puig. En aquel momento, España estaba tratando de salir de la crisis económica y de evitar que nos rescatase Europa, con lo que ello habría provocado en nuestro sistema de bienestar social. Vamos, que no se podía.
Hace cinco años, ya con el socialista Pedro Sánchez en el Gobierno, se produjo un fenómeno de afonía en el Consell, que siguió reivindicando un cambio en el sistema de financiación, pero a media voz. Fue el PP quien, esta vez, puso el grito en el cielo… también sin resultado. Esta vez ni siquiera se produjo debate, ni se alegó que si la pandemia ni nada por el estilo. Solo había ojos y políticas para compensar financieramente los apoyos de los nacionalistas catalanes y vascos. Vamos, que no se quería.
Han sido cinco años perdidos ya que, a pesar de que el Gobierno de España ha recibido dinero de Europa y ha tenido un importante aumento de su recaudación tributaria, no ha aprovechado para equilibrar las oportunidades para los habitantes de la Comunitat Valenciana con los del resto de España. Lo cierto es que el actual sistema de financiación autonómica se aprobó en 2009 y está caducado desde el 1 de enero de 2014. El sistema no reconocía la población ajustada y dejaba fuera del sistema a más de un millón de valencianos. El sistema tenía múltiples variables y se demostró con el tiempo que la insuficiencia financiera de la Comunitat Valenciana era evidente. Ya que no proporcionaba los ingresos para cubrir los gastos en Sanidad, Educación y Servicios Sociales.
Mucho ha llovido desde 2009 y la Comunitat Valenciana tras las sucesivas crisis se ha empobrecido, estando entre las comunidades por debajo de la media del PIB español, son las denominadas «comunidades pobres». Este sistema, en teoría según el principio de solidaridad territorial han de recibir más de las comunidades más ricas. Pero esto no es así.
La Comunitat Valenciana aporta más recursos financieros a la caja común e los que percibe, a pesar de ser una comunidad «pobre». Si introducimos el status quo de Navarra y País Vasco, la insolidaridad es total, ya que estas comunidades a través de su «cupo» no aportan solidariamente al resto, a pesar de ser de las más ricas. Las cuentas establecen que la Comunitat Valenciana habría dejado de percibir más de 2.000 millones de euros al año. Esta cifra se establece después de calcular el gasto social, sanitario y educativo de la Comunitat Valenciana y restarle los ingresos que se perciben para poder dar esa eficiencia financiera.
Ximo Puig incluso incluía esta deuda real, pero ficticia, como ingresos en sus presupuestos autonómicos para equilibrar sus gastos disparados. Pese a evidenciar la injusticia que estaba sufriendo esta comunidad, la verdad es que era hacerse trampas al solitario. Pero, pese a todo esto, me parece que con la legislatura que se nos presenta por delante después del resultado salido de las urnas hace ya ocho días, que tenemos miseria autonómica para rato, aunque el presidente Mazón insista en Madrid con “¿qué hay de lo mío?”
Con un más que probable Gobierno hiperdependiente, aún más, de los nacionalismos catalán y vasco y con la obligación de reducir el endeudamiento disparado del Estado, ¿alguien confía en que corrijan próximamente esta injusticia histórica?
De todas formas, no hagan mucho caso… que es solo mi opinión.