'Con las Orejas Tiesas': Castellón afronta 2024 a contracorriente
La opinión de Juan Lozoya, cada semana en Onda Cero Castellón.
En muchas ocasiones se defiende lo diferente por su singularidad y por marcar tendencia. Y desde luego en la provincia de Castellón eran diferentes y marcábamos tendencias hace dos décadas… y seguimos siendo diferentes y marcando tendencia hoy en día, pero por otros motivos.
Y es que, para nuestra desgracia, han pasado a mejor época aquellos años en los que se hablaba de Castellón como de la provincia del pleno empleo y éramos la envidia de toda España.
Recuerdo cuando mes tras mes y año tras año, era una gozada comprobar la evolución del mercado laboral y las cifras del paro en esta tierra, que siempre se encontraba entre las cinco mejores de toda España tanto en la evolución positiva del empleo, como en la tasa de desempleo, en muchas ocasiones rozando el 5%.
Pero, para nuestra desgracia, veinte años después seguimos marcando nuestro propio camino, pero en picado, hacia abajo y sin frenos, si atendemos a la evolución de nuestro mercado laboral y tasas de paro.
La primera semana del año hemos sabido que Castellón, junto con Álava, ha alcanzado el dudoso honor de haber aumentado el número de personas en paro pese a que las cifras a nivel nacional eran más positivas, que no optimistas.
Y resulta que la principal causa se encuentra en la destrucción del empleo en el sector cerámico y en otro vinculado, como el de la construcción, que ya empieza a notar los efectos de la desaceleración de nuestra industria.
El último año hemos ido de ERTE en ERTE y tiro porque me toca en la cerámica. ¡Y no será porque no hayan advertido desde todos los ámbitos de la sociedad castellonense al Gobierno de España!
¡No será porque hace dos años comenzamos a advertir de que el aumento de los costes de la energía, primero, y los efectos de la invasión de Ucrania, después, iban a perjudicar sobremanera a nuestra industria cerámica y todos los sectores empresariales asociados al azulejo directa o indirectamente!
Las ayudas que se solicitaban urgentemente hace dos años y que se aprobaron hace uno comienzan a llegar ahora y con cuentagotas.
De todas formas, hay una realidad incontestable para todos e inexplicable para muchos expertos: el consumo, nuestro consumo, sigue disparado a pesar de los malos datos del empleo en la provincia y de las previsiones más pesimistas de cara a este año en el que ya no estamos metiendo de cabeza.
Ni la subida constante de los precios, ni la precariedad laboral, ni la realidad de que los sueldos van a diferente ritmo que el IPC han impedido que salgamos más que nunca, que compremos más que nunca y que, en definitiva, gastemos más que nunca.
Desgraciadamente, ya es tarde para evitar que Castellón vaya este 2024 también a contracorriente… pero tenemos que poner las bases para recuperar el terreno perdido de nuestra economía y de nuestro empleo, que no de nuestra capacidad de consumo, afianzada en nuestra menor capacidad de ahorro y, mejor dicho, la reducción de nuestros ahorros este último año.
Y eso comienza por el Gobierno de España, continúa por la Generalitat valenciana y termina por los ayuntamientos de la provincia, que son los más cercanos a los ciudadanos, aunque sean los que menos pueden hacer por el empleo, aunque sí por ayudar a que reciban los mejores servicios.
Al final es cierto que cada uno de nosotros es el que mejor sabe cómo afrontar el futuro y como prepararnos para mejorar nuestras opciones de cara a los próximos años.
Pero también es una realidad que con la ya famosa polarización política, la lamentable tensión social a la que nos están abocando y la incertidumbre legal y burocrática que lastra las posibilidades de inversión en nuestro país y nuestra provincia, hay que hacer de tripas corazón para tratar de ser optimista.
Y es que, en la provincia de Castellón seguimos sin saber nada de una financiación justa, ni de unos incentivos para superar lo que parece ser el final de la escalada de precios, especialmente de la energía… ni nada de nada.
Seguimos sumidos en la pesadilla de la tensión por la amnistía en Cataluña, por las polémicas estériles entre nuestros partidos políticos y otros temas importantes, pero menores ante la realidad del día que día que sufrimos todos los ciudadanos.
De todas formas, no hagan mucho caso… que es solo mi opinión.