No viene de nuevas, pero viven a día de hoy una situación insostenible que ha hecho que se lancen a las calles. El claro ejemplo que ponen son los precios. Y es que la naranja que todos compramos en los supermecados ha aumentado atención, un 1.5000% su precio con respecto a lo que le pagan al citricultor.
El drama de la naranja valenciana deja a los citricultores sin opciones. De hecho, no les sale rentable ni siquiera recoger los frutos de sus campos. Por eso, podemos ver muchos huertos de nuestra provincia sin trabajar. El claro ejemplo que ponen es com les decía, el precio. En plena campaña de cítricos pagan a los agricultores entre 10 y 15 céntimos por kg, mientras que, nosotros, los consumidores, las compramos en el supermercado por casi 2 euros.
Estas cifras cabrean a los productores de naranja locales que además, de nuevo, piden a las instituciones que destinen más recursos de política agraria a las zonas desfavorecidas. Critican que ante esta situación ni consell ni el gobierno están reuniendo al sector para ofrecerles soluciones.
Todo esto se ha puesto en manifiesto en una gran manifestación en Madrid, donde el mundo rural ha salido a la calle para hacer visible su situación.