El encuentro era clave para las aspiraciones del conjunto que entrena Juan Carlos Garrido y lo futbolistas albinegros lo afrontaron con la mentalización necesaria. Tras la derrota del pasado fin de semana ante el RCD Espanyol, los castellonenses sabían que este era "su" partido y no dejaron pasar la ocasión.
La primera mitad contó con más llegadas de los manchegos que trataron de inquietar con mayor insistencia a la zaga albinegra. Fruto de un balón al área llegaría el penalti de Delgado, quién golpeó el balón con el brazo. Pero en el momento más complicado emergió con fuerza la figura de Whalley para ser decisivo y dar vida a su equipo al detener el lanzamiento de Ortuño.
Pese a las pocas aproximaciones al área rival, en el segunda mitad Garrido apostó por reforzar el centro del campo con la entrada de Gus en detrimento de Cubillas. La apuesta le salió bien a Garrido que vio como, en un robo y tras un pase de Bodiger al espacio, Jorge Fernández no desaprovechó la jugada más clara de los albinegros para anotar un tanto que sería suficiente para sumar los tres puntos .
Desde ahí hasta el final el conjunto local se estrelló en la muralla defensiva albinegra. Y cuando la superaron, ahí estaba de nuevo Whalley.