Villarreal | 07.11.2022 14:43
Lo cierto es que todo lo que pudo salir mal, acabó sucediendo para el Villarreal. En el que era el estreno de Setién en liga como local ,el Villarreal encajó su primera derrota en casa en un pésimo partido. Pero el estado de nervios e intranquilidad que se ha instalado entre la afición amarilla desde la marcha de Unai Emery, explotó en toda su magnitud. Y tras el segundo gol del Mallorca el grito de la hinchada amarilla fue unánime desde la grada: "¡Quique, vete ya!"
El técnico cántabro fue cuestionado por esta situación al final del partido y pidió "paciencia y fe": "Entra dentro de lo que viven los entrenadores. Seguramente tienen motivos para enfadarse y tengo que respetar su opinión. Entiendo que se enfaden y solo puedo pedirles paciencia y fe, como la tengo yo. Vamos a tener un parón tras esta semana que nos dará el margen de trabajar muchas cosas que no hemos podido".
El técnico cántabro ha pasado en dos semanas de vivir la tranquilidad de su semi retiro, a vivir la desagradable situación que tuvo que sufrir desde el banquillo ante el Mallorca. Y lo cierto es que las sensaciones que ha transmitido el equipo desde su llegada no han podido ser peores. Tres derrotas y un empate con la imagen de un equipo perdido en ataque, venido en defensa y que ha perdido de un plumazo todas las virtudes competitivas que le han llevado a triunfar en Europa durante las dos últimas temporadas. Muchos cambios, demasiados y demasiado rápido , que lejos de aportar soluciones solo han hecho que empeorar radicalmente al equipo.
Lo cierto es que la llegada de Setién ya fue motivo de controversia en lo que se vio como una decisión especialmente arriesgada. Y tras la derrota en Bilbao y el duro correctivo recibido en Polonia, la mala imagen ofrecida ante el Mallorca, abrió a las primeras de cambio la caja de los truenos. Hay que remontase a muchas temporadas atrás para encontrar dichos cánticos en le graderío amarillo . Y nunca antes habían sucedido tan pronto y con tan sólo cuatro partidos de un técnico. Difícil empezar peor.