Alicante | 10.03.2021 17:32
La Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat ha estimado parcialmente el recurso de apelación interpuesto por la acusación particular contra la sentencia dictada por la Audiencia de Alicante el 14 de octubre del pasado año, por lo que se ha aumentado en un año la pena impuesta a ambos por asesinato.
Los magistrados aprecian la concurrencia de la agravante de disfraz en la actuación de los dos condenados, que la Audiencia de Alicante consideraba no aplicable a este caso. Asimismo, la Sala ha desestimado los recursos de apelación presentados por las defensas de los condenados.
De este modo, tras la apreciación de esta circunstancia agravante, la pena fijada para Conchi se incrementa desde los 22 años hasta los 23 años y 6 meses de cárcel, mientras que para el otro condenado aumenta de 20 a 22 años y 6 meses.
El tribunal considera que debe aplicarse la agravante citada a partir de los hechos declarados probados en la sentencia recurrida, en aplicación de la jurisprudencia del Tribunal Supremo.
La sentencia de la Audiencia constataba que, en el momento del crimen, ambos vestían prendas oscuras y llevaban gorras "a fin de ocultar sus rasgos faciales y disimular su apariencia habitual para facilitar la ejecución de su proyecto".
Es decir, se dan los requisitos recogidos por la jurisprudencia para aplicar la agravante, pues no puede negarse que las ropas oscuras y las gorras utilizadas constituían "un medio hábil para dificultar la identificación" de los autores del crimen, según el TSJCV. Contra el fallo de la Sala Civil y Penal del TSJCV cabe recurso de casación ante el Tribunal Supremo.
Un jurado popular declaró en octubre culpables por unanimidad a Conchi y al amigo que actuaba como cuidador, por el asesinato del marido de ella, con el que la mujer se había casado 15 días antes tras fingir una discapacidad física y moverse en silla de ruedas.
Conchi se había casado dos semanas antes con la víctima, al que conoció a través de su cuidador, en una procesión de la Virgen de la Salud, aunque nunca llegaron a compartir vivienda.