Sindicat de Barri de Carolines intentará frenar el desahucio de un varón en situación de vulnerabilidad el próximo 12 de julio en Alicante. El afectado es un hombre de 66 años con un 55% de discapacidad, que no dispone de ningún familiar en España, y que vive en el Pasaje Arcipreste de Hita (Juan XXIII). De origen colombiano y sin nadie que le pudiera ayudar, fue operado con una prótesis de cadera, con teleasistencia aprobada debido a su debilitada salud y con certificado de vulnerabilidad actualizado.
Con este panorama, hace 2 años se vio en la situación de malvivir en un trastero lleno de humedades que le impedía vivir en unas condiciones salubres. Esta situación le llevó a ocupar una vivienda perteneciente al banco y que se encontraba en mal estado. Hace un año, esa misma vivienda, fue vendida a Divarian (Cerberus) proveniente del BBVA. Todo esto nos lleva hasta el próximo viernes, cuando está previsto su desalojo a pesar de que los abogados han intentado detenerlo, sin éxito, al presentar sus informes médicos.
Su situación económica es crítica, pues solo dispone de su baja pensión no contributiva que resulta insuficiente para sus gastos mensuales y el acceso a unas condiciones de vida digna. Su portavoz, Raúl Font, se muestra crítico y culpa al sistema capitalista "de mercantilizar brutalmente nuestros derechos más básicos como el acceso a la vivienda en condiciones dignas, privilegiando a los grandes propietarios y fondos buitres y dejando con el agua al cuello a la clase trabajadora".
La intención del sindicato es volver a repetir lo conseguido hace más de un mes en el barrio de Colonia Requena, donde una familia con un hijo de seis años con un 95 % de discapacidad y una movilidad reducida del 83 %, gracias a la presión y lucha del Sindicat Barri de Carolines, consiguió otra vivienda, aunque a una hora de la capital.
Gracias a las movilizaciones, las administraciones dieron su brazo a torcer y la Entitat Valenciana d´Habitage le ofreció un piso adaptado en Orihuela-Costa. Aunque en un primer momento se negaron a esta vivienda por la lejanía y la dificultad que suponía para un niño en silla de ruedas esta circunstancia, finalmente, accedieron al no disponer otra alternativa y ver como la fecha límite se iba acercando cada vez más.