Las 12 familias del edificio de la calle General Pardiñas son conscientes de que igual no vuelven jamás a sus casas si el edificio acaba siendo derruido y también siguen sin poder ocupar sus viviendas de momento los vecinos del edificio colindante de Ayala, 78.
El Ayuntamiento de Madrid advierte de que el inmueble afectado por la explosión sufre grandes daños y es probable que tenga que ser derruido.
"Estamos ante una situación desastrosa, propia de una quiebra que es probable tengamos que declarar", ha declarado la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís.
Los vecinos que sí pudieron volver a sus casas fueron los del edificio colindante al de la explosión, General Pardiñas 33. Este lunes se vuelven a reunir los técnicos municipales y los gestores de estas fincas y el colegio que está situado en frente de la explosión, vuelve a abrir sus puertas.
Aunque este domingo comenzó el realojo de una veintena de familias del número 33 de General Pardiñas, el gas y el agua aún no han podido ser restablecidos en esas viviendas. "De momento no es viable la opción de abrir el gas y tampoco se ha podido restablecer el agua", añadió el portavoz de los bomberos.
El pasado viernes un posible escape de gas en el número 35 de General Pardiñas, donde se realizaban obras en una vivienda, provocó una fuerte explosión que dejó dos muertos y casi 20 heridos, uno de ellos de carácter grave, y obligó al desalojo del bloque siniestrado y de dos colindantes.
La explosión tuvo lugar en el céntrico barrio de Goya, en el distrito de Salamanca, en un edificio de cuatro plantas situado en la confluencia de las calles General Pardiñas y Ayala, que produjo daños materiales importantes en el inmueble, en el mobiliario urbano y en vehículos estacionados en la zona.