Las trampas en las estadísticas de la inflación
Gasolinas y alimentos moderan la inflación al 3,2% en mayo, pero sitúan la subyacente en el 6,1%
Después de cerrar el año 2022 con una inflación interanual del 5,7%, con meses en que esta cifra se ha llegado a situar en el 11%, el Instituto Nacional de Estadística (INE) ha confirmado que el índice de precios de consumo (IPC) se ha situado en mayo en el 3,2 % interanual. Una cifra muy positiva, a pesar de encontrarnos lejos del objetivo del Banco Central Europeo del 2%.
Esta semana nos cuenta nuestro divulgador económico, Iñaki Jimenez Largo, que a pesar de la subida de los precios, una política monetaria contractiva de subida de los tipos de interés o la subida de las hipotecas, la tendencia ha cambiado y nos situamos en unas cifras que no veíamos desde julio de 2021, mucho antes que empezara la guerra en Ucrania, que disparó la inflación. Unos datos que sitúan a España en una de las inflaciones más bajas, solo por detrás de Bélgica y Luxemburgo.
Además, hay otra cifra que reafirma esta buena noticia y es que, hasta ahora, la previsión es que la inflación subiera un 0,6% entre abril y mayo y, en cambio, ha bajado un 0,1%.
¿Cómo se ha conseguido moderar los precios?
Especialmente, la bajada en los precios de los carburantes y, en segundo lugar, la variación en los precios de los alimentos y las bebidas no alcohólicas han moderado la inflación. Pero esto tiene una doble visión, ya que la inflación subyacente, aquella que no tiene en cuenta el precio de la energía ni los alimentos, aún se sitúa en el 6,1%. Una cifra muy preocupante.
Recordemos que en el mes de julio de 2022 la inflación interanual se situó en el 10, 8%. El gobierno decidió tomar medidas en la electricidad o los combustibles y, esto sumado a la relajación del precio de algunas materias primas como el petróleo, nos está haciendo ganar poco a poco la lucha contra la inflación.
No todo es oro lo que reluce
¿Dónde está la trampa? En economía existe un concepto que se llama el efecto escalón. Se trata del impacto que genera, en cálculos interanuales, la comparación del dato de un año con el del mismo mes del año anterior.
La cifra de IPC de mayo de este año se compara con la cifra de mayo de 2022, es decir, se han eliminado del cálculo los peores escalones del año, como el mes de marzo de 2022, cuando la guerra de Ucrania provocó una subida del 9,9% en solo un mes. Este impacto ha quedado fuera del cómputo del IPC y, por lo tanto, los datos de la inflación son ahora mucho más bajos.
Ahora podremos ver la evolución real de los precios y si se mantiene la tendencia a la baja, es posible, que se lleve a cabo un cambio en la política monetaria. Aun así, la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, ha hecho unas declaraciones asegurando que la situación no está controlada y que, por lo tanto, habrá más subidas de los tipos de interés.
Podemos estar ante unas palabras previsoras, ya que es cierto que si empezamos a hablar de un cambio radical de política monetaria la gente se puede fiar y empezar a gastar de más, ya que la mayoría tomamos decisiones en función de las expectativas económicas.
Lo que está claro es que ahora no nos podemos permitir una gran demanda, porque los precios volverían a subir.