Salvador Illa ya es presidente de la Generalitat de Cataluña y este lunes ha presentado al que será su Gobierno los próximos años.
En el acto de toma de posesión de los 16 consellers del nuevo Govern, Illa ha destacado que el "denominador común" de los nuevos consejeros es "una competencia probada, con trayectorias profesionales acreditadas, con independencia de criterio y con unos valores comunes, socialdemócratas y del humanismo cristiano, los dos pilares de la construcción europea".
El socialista se ha comprometido a transformar Cataluña para mejorar la sociedad catalana, mediante "el diálogo, el análisis reflexivo y no precipitado y la búsqueda de consensos y acuerdos como método para avanzar" y tomando decisiones "no a la ligera, pero tampoco eternizando las cosas innecesariamente".
Con más mujeres que hombres, Salvador Illa ha armado un Gobierno con una mezcla de fieles, perfiles técnicos y exconsellers de CiU que tendrán que hacer frente a numerosos retos a lo largo de la legislatura. Todos ellos están contemplados en el pacto de gobierno que el PSC cerró con ERC para poder investir a Illa.
El primer frente, y más controvertido, que tiene que abordar Illa es la financiación autonómica. Con su nuevo Ejecutivo tendrá que implantar el sistema de financiación propio para Cataluña que prometió a ERC. El pacto que el PSC firmó con los republicanos recoge que Cataluña pasará a gestionar y recaudar el 100% de los impuestos generados en esta comunidad, mientras que aún queda por concretar cómo se encajará el principio de solidaridad interterritorial.
El acuerdo también contempla la resolución del conflicto político en Cataluña, para lo que se deberá crear una Convención Nacional que también monitorizará la aplicación de la ley de amnistía.
Otro de los retos importantes es el turismo masivo, que afecta sobre todo a Barcelona. Al respecto, Illa ya adelantó su intención de regularlo y construir 50.000 pisos protegidos.
En virtud del pacto de investidura con ERC, Illa ha incorporado la consejería de Política Lingüística para "la defensa de la lengua catalana". El impulso del catalán y la mejora de los servicios sociales es uno de los objetivos marcados por Salvador Illa. En este punto se abordará los malos resultados académicos de la región, el establecimiento del objetivo del 7% del PIB en Sanidad o el refuerzo de la inversión en transportes.
Solucionar el problema del agua en Cataluña también está dentro de los planes de Salvador Illa. Para ello el nuevo Gobierno catalán quiere redoblar la capacidad de potabilización del agua.