Jugadores prescindibles
En los últimos días está circulando una lista de posibles ventas de jugadores para reconstruir la plantilla y para tratar de sanear la economía.
Catalunya |
Tres son los nombres que están saliendo a la luz pública con más fuerza, sobre todo, teniendo en cuenta que posiblemente sean por los que se han recibido ofertas más significativas y tengan más mercado al margen de los jugadores de la cantera o de los llamados intocables. De los tres, De Jong, Araújo y Raphinha, Llama la atención evidentemente el centrocampista holandés Frenkie de Jong. Su relación con el Barcelona siempre ha sido de amor-odio y ha vivido enormes altibajos desde llegar al Barca con la vitola de jugador franquicia y precio de estrella. A De Jong siempre le penalizó el elevado coste y la alta ficha que se le vinculó. A todo ello, le perjudicó aquel blindaje y diferimiento del salario de los Ter Stegen, Lenglet, Piqué y el propio de Jong. Aplazó el verdadero problema económico del pago de los jugadores y les puso absolutamente en la Diana. Convirtió sus ya de por sí elevadas fichas, en cifras casi prohibitivas para los años consiguientes y para las juntas directivas posteriores. Todo eso dañó y perjudicó la imagen del futbolista y le dejó muy expuesto ante la opinión pública y la junta directiva.
A todo ello hay que añadir , evidentemente, el rendimiento del futbolista temporada tres temporada. Nunca ha sido lo que se esperaba, siempre atisbó mucho, insinuó mucho, pero culminó poco. Ha tenido actuaciones brillantísimas que te demostraban que tiene un potencial inmejorable para convertirse en uno de los mejores jugadores del mundo, pero nunca ha asumido el rol de estrella del equipo y el peso específico que le correspondería Por jerarquía, precio y condiciones. Eso alimenta el interés de la junta directiva tratar de hacer caja por un jugador cuya ficha es casi prohibitiva y su rendimiento por debajo de las expectativas. Es el blanco fácil evidentemente. Pero también hay que tener en cuenta la voluntad del jugador. Ya en su día, el club hizo una maniobra para intentar ponerle en el mercado y venderle y salió el tiro por la culata. No se produjo la venta y el jugador se sintió traicionado. A lo mejor todo eso también influyó en su rendimiento, lo cierto es que las relaciones entre ambas partes se enfriaron mucho, y ahora vuelve a repetirse la situación. Este verano es clave para decidir su futuro, pero me temo que a pesar de la voluntad del Barcelona de venderle a buen precio, que lo vale, la sartén por el mango la tiene el futbolista y tal y como se ha mostrado a lo largo de su trayectoria no parece que vaya a dar su brazo a torcer. Si al final se queda y viéramos la versión que siempre hemos esperado del centrocampista holandés, no sería mala cosa, pero cada vez confío menos en que aparezca el De Jong Imperial que todos esperamos. Así que, mejor hacer caja.