Un estudio demuestra que el calor aumenta el riesgo de hospitalización en algunas enfermedades
Un estudio elaborado por el Instituto de Salud Global de Barcelona y el Instituto Nacional de la Salud y la Investigación de la Salud en Francia ha concluido que el calor aumenta el riesgo de hospitalización en algunas enfermedades. En 'La Ciutat' hemos hablado con Hicham Achebak, investigador de ISGlobal.
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El calor aumenta la probabilidad de ser hospitalizado si se sufren enfermedades como transtornos metabólicos, obesidad, infecciones urinarias, insuficiencia renal o infección urinaria, entre otras patologías. Es la principal conclusión a la que llega un estudio elaborado por el Instituto de Salud Global de Barcelona y el Instituto Nacional de la Salud y la Investigación de la Salud en Francia. Un estudio muy completo respaldado por una muestra generosa: Se han estudiado 11.2 millones de ingresos en 40 provincias del estado desde los años 2006 a 2019.
Hidratarse, la clave
Según apunta el investigador de ISGlobal Hicham Achebak en 'La Ciutat', "el mecanismo por el cual el calor afecta al cuerpo varía en funcion del diagnostico o la causa de la enfermedad. En el caso de las enfermedades urinarias el mecanismo la clave es la hidratación. El calor intenso mas la falta de líquido provoca deshidratación y esto puede derivar en afectaciones a los riñones, el cálculo renal y el riesgo de infecciones. Para prevenir estos problemas hace falta beber y mantenerse hidratado" recomienda Achebak.
Aún así, hay que entender las conclusiones. No estamos hablando de que si no se sufre ninguna patología se vaya a acabar ingresado en el hospital, sino que "lo que tenemos con este estudio es que hay personas que ya tienen estas patologías y lo que hace el calor es agravarlas, y esto puede derivar en la hospitalizacion".
Las personas mayores, siempre las más vulnerables
A la hora de sacar conclusiones según edad y género, Achebak confirma que "las personas mayores son más vulnerables porque la termorregulación no la tienen tan bien como alguien más joven. En el caso de las enfermedades de aparato urinario las personas mayores no tienen tanta sensación de deshidratación, lo que aumenta el riesgo de sufrir deshidratación severa. Hay que beber agua aunque no se tenga sensación de sed, es decir de estar deshidratado".
Como decíamos, el estudio también ha diferenciado por género, y como nos contaba el investigador del ISGlobal, "hemos visto que tienen más riesgos los hombres por factores externos mientras el riesgo de las mujeres es debido a factores más internos. Esto se explica porque hay más hombres trabajando al aire libre y expuestos a más adversidades, como puede ser una obra o el campo. Las mujeres normalmente producen menos sudor, lo que les hace perder menos agua".
Más sensibilización
A la hora de opinar sobre si la sociedad es suficientemente consciente de la necesidad de estar hidratado, Achebak cree que "quizás sí que falta sensibilización a la hora de tener claro que estar hidratado es importante. Las instituciones sí que impulsan planes por ejemplo en las épocas de más calor. Uno de los mensajes es el de mantenerse hidratado, pero no se hasta que punto llegan a todo el mundo", analiza Achebak.
Como recomendación a la población, Achebak recuerda que "se recomiendan ciertas medidas básicas como no hacer deporte en horas de más calor o mantener la temperatura del hogar, aunque no todas las personas tienen los medios para hacerlo, pero es importante mantener una regulación de la temperatura constantemente, y sobretodo beber agua aunque no se tenga sensación de deshidratación", recomienda Achebak.