El canal dejará sin agua a 50 mil hectáreas de cultivos. El cierre pone en peligro hasta un 80 por ciento de las cosechas si las lluvias no llegan. Esta mañana algunos agricultores todavía han podido regar sus fincas por última vez con la incógnita de saber cuándo podrán volver a repetir la acción y con la incertidumbre de si llegarán precipitaciones en mayo.
Pese al cierre, el canal no quedará completamente seco. A partir del jueves circulará una reducida dotación de agua para una mayor tranquilidad de los municipios y también para la supervivencia de los árboles frutales. La idea inicial era mantener los cierres que se realizan en invierno, cerrando el canal 3 semanas y dando agua una semana, pero los consumos de verano no son los mismos que los de invierno y los municipios no lo veían seguro. El objetivo de mantener una dotación mínima en el canal es que ningún municipio quede desprovisto de agua.
El gobierno de Cataluña y la comunidad de regantes del canal d'Urgell han hecho un frente común para que el Ministerio de Agricultura facilite la inversión necesaria para modernizar el canal y garantizar el futuro del agricultura en esta zona. La propuesta de la Generalitat es que el ejecutivo autonómico asuma el 60% del coste y el Estado, el 40% restante. En total, estamos hablando de 1.200 milions d'euros. En todo caso, la portavoz del Govern, Patricia Plaja, ha asegurado que la Generalitat ya tiene presupuestados 138 millones para hacer 8 actuaciones en este canal. Desde el PSC, su líder, Salvador Illa, ha recordado que el gobierno de España ha destinado más de 28 millones a este proyecto y ha instado a la consejera de Acción Climática y Agenda Rural, Teresa Jordà, a liderar el camino y utilizar todos los recursos económicos que tenga a su alcance.