Ana Ibáñez: “Lo que tú eres beneficia a los demás”
La reconocida experta en neurociencia ha escrito el libro ‘Sorprende a tu mente’ en el que ofrece herramientas para potenciar las habilidades mentales del cerebro y rendir al máximo
¿Cómo lograr un objetivo? Esta es una pregunta muy recurrente en el día a día de las personas. Para ello, se dice que no solo hay que tener actitud, sino también ganas de crecer. Y, en este sentido, el cerebro juega un papel fundamental.
En el libro ‘Sorprende a tu mente’ de la especialista en neurociencia, Ana Ibáñez, se plantean una serie de pautas para modelar la mente, esquivar el miedo, la ansiedad o el insomnio. “Hay que sacar al cerebro de su automatismo para que tenga más capacidad para seguir aprendiendo”, explica Ibáñez, que añade; “si no lo hacemos corremos el riesgo de dormir áreas cerebrales como el lenguaje, la calma, el pensamiento abstracto, las buenas ideas o la concentración”.
La importancia de la alimentación y el deporte para el cerebro
Una alimentación equilibrada es clave para ayudar a “las microbacterias y que pueda trabajar correctamente toda la flora”, que al final es nuestro segundo cerebro. Por ejemplo, “si tienes problemas de digestión y comes algo pesado es posible que te duela la cabeza o te sientas mal”.
De hecho, Ana Ibáñez reconoce que las personas que se dedican a la neurociencia cada vez son más conscientes de la importancia de una buena dieta, ya que “actúa directamente sobre muchos pensamientos”.
El deporte es también un gran aliado para nuestro cerebro porque ocurre que “después de practicarlo, se emiten unas ráfagas de frecuencia llamadas alfa que nos ayudan a crear nuevas ideas y a mejorar nuestra agilidad mental”. De hecho, Ana Ibáñez confiesa que después de entrenar natación estudiaba mucho más rápido, “puesto que mi capacidad de concentración era enorme”.
Es importante entrenar, aunque de pereza. Ibáñez pone un ejemplo; “ese día no me apetece por lo que sea, a los 5 minutos de estar nadando me digo, menos mal que has bajado porque estoy disfrutando, sorprendiendo a la mente y haciéndola vibrar”.
¿Cómo podemos aprovechar el miedo a nuestro favor?
El miedo aparece siempre, en mayor o menor grado, frente a un evento que es nuevo. Es un mecanismo de protección que lo que busca es alejarnos del peligro, pero “no debemos olvidar que el ser humano necesita progreso y novedad y debemos ver el miedo como un sinónimo de que tenemos un reto por delante que nos llevará a un lugar distinto, que seguramente nos hará evolucionar”.
En la actualidad, y en gran parte por culpa de las redes sociales, solo hablamos del éxito, cuando realmente aprendemos equivocándonos. “En el libro hay varios capítulos en los que aparece el miedo, por ejemplo, el hecho de ser rechazados es la base de muchos de nuestros pensamientos negativos”. Estos afectan directamente a la autoestima de las personas y a su capacidad de concentración y creatividad.
Por eso, en su libro, Ana Ibáñez asegura que “te quieres más cuando piensas más en ti”. Las cosas que nos decimos nos ayudan a rebajar la tensión. “Muchas veces ocurre algo que no esperamos, que no es el camino que habíamos escogido, pero, sin embargo, encontramos otro mucho mejor que ni siquiera habíamos pensado”.
Según Ibáñez, “si le decimos al cerebro que no se asuste y que no quiera tener tanto control en las cosas que no salen bien, empezaremos a vivir mucho mejor y con menos miedo al fracaso”. Hay un ejemplo muy gráfico en el libro y es “conecta con lo que le dirías a un niño que está asustado para calmarle, es decir, desde fuera tú verías claramente lo que tienes que decir, pero, en cambio, no lo hacemos con nosotros mismos”
¿Cómo podemos controlar nuestros estados emocionales?
Tenemos dos grandes emisores de ondas electromagnéticas; el cerebro y el corazón. Este último “genera unas ondas mucho mayores que las del cerebro y es entonces cuando nos moldeamos con las personas que tenemos alrededor, nos afecta su energía y notamos que hay personas con las que no nos sentimos bien y con otras mal”.
Vivimos en un momento en el que se habla mucho de la autoestima como herramienta, pero “no hay que confundirla con el ego o el exhibicionismo en las redes”. Ana Ibáñez asegura que la “autoestima es una necesidad humana, estamos programados para que nos quieran”. De hecho, “si alguien no nos ha querido al nacer y no nos ha cuidado, es posible que escojamos el mal camino”.
Al final “se trata de exigirnos y demostrar, de conectar con quién uno es, no con lo que tenemos ni con lo que hacemos”. Una manera muy buena de salir del ego, según Ibáñez es pedir a las personas que tienes cerca, y que no son tu familia directa, “tres cosas de ti que les gustan, les sorprende o que creen que les aportas, porque cuando responden, te sorprendes y te das cuentas de lo que tú eres beneficia a los demás, es entonces cuando sales del ego y conectas con algo que cerebralmente es maravilloso”.