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A lo largo del día hacemos muchas tareas tanto en el trabajo como en el hogar. El problema es cuando estas tareas son invisibles y se van acumulando hasta causar un agotamiento mental. Las afectadas suelen ser las mujeres.
Hacer la compra, poner la lavadora, limpiar, son muchas las tareas visibles que hacemos en casa y por lo general, hoy en día, están bastante repartidas entre hombres y mujeres. El problema está en las tareas invisibles como gestionar los grupos de whatsapp del colegio, organizar cumpleaños o planear el menú semanal. Unas tareas que no se ven pero que sobrecargan a la persona, más aún si se juntan con las tareas visibles.
Para Sebastián Girona, el hecho de que esta carga mental afecta más a las mujeres viene de la tradición de que son ellas las que deben ocuparse de las tareas del hogar, una imposición no pactada pero que perdura en el tiempo. El hecho de repartir las tareas visibles es un gran avance pero el siguiente paso debería ser el compartir también las invisibles.