Tras dos años de negociaciones, la nueva ordenanza de terrazas ve definitivamente la luz y trae cambios, sobre todo, para las instalaciones permanentes. A partir de ahora, necesitarán un permiso especial y sus dueños tendrán que abonar una fianza inicial y una tasa mayor por permanecer instaladas durante todo el año. Las primeras reacciones del sector han sido positivas. Jaime Fernández, presidente de la Asociación de Hosteleros, cree que el cambio es justo.
Otras novedades son que a partir de ahora, se pintarán señales en el suelo para delimitar el espacio de las terrazas y prevenir así la invasión de las aceras. Además, la nueva ordenanza permite cierta flexibilidad en el mobiliario, aunque prohíbe poner publicidad en las terrazas del casco histórico, donde tampoco se podrán usar sillas y mesas de plástico. Fernández cree que las nuevas normas encajan con las necesidades del sector y agradece la flexibilidad mostrada por el ayuntamiento con temas como la distancia entre las terrazas y las fachadas.