A través del lenguaje fotográfico, la exposición pone de manifiesto la relevancia artística y humana de la Semana Santa de Valladolid y su evolución desde que, a finales de los años 80, Chema Concellón, fotógrafo oficial de la Semana de Pasión vallisoletana, comenzara a inmortalizar la festividad cámara en mano.