D. Mikel Garciandía Goñi nombrado nuevo Obispo de la Diócesis de Palencia
Será ordenado el día 20 de enero.
Palencia ya cuenta con nuevo Obispo. A las 12:00 horas de la mañana se hacía oficial el nombramiento de D. Mikel Garciandía Goñi como Obispo de la Diócesis de Palencia. En la actualidad era Vicario Episcopal de Zona para la Montaña de Navarra (Mendialde) del Arzobispado de Pamplona y Tudela. Será ordenado Obispo el día 20 de enero. El domingo anterior se celebrará un acto de despedida de D. Manuel Herrero.
D. Mikel Garciandía Goñi se ha dirigido por primera vez a los palentinos con esta carta:
El día 10 me llamó el Señor Nuncio de Su Santidad, para comunicarme la disposición del Papa Francisco de nombrarme Obispo de Palencia. Se cumplían ese día dos semanas que nuestra querida madre, Julia, completó su peregrinación por este mundo, y nos daba su última lección de amor y esperanza en el Señor.
Permitidme queridos fieles palentinos que me presente: soy Mikel Garciandía Goñi, presbítero diocesano de Pamplona-Tudela. Tengo 59 años y soy el mayor de cuatro hermanos: dos sacerdotes y dos laicos casados, y estamos a la espera de la llegada de nuestro cuarto sobrino. Mi hermano Alfonso se ordenó presbítero el año 1994 y yo en 1995.
Soy de Etxarri Aranatz, un hermoso y sufrido pueblo del norte de Navarra, de cultura y lengua vasca. En casa y en la parroquia de la Asunción recibimos la iniciación cristiana y formamos parte de su grupo de jóvenes. Estudié filosofía en la Universidad de Navarra y fui docente en un colegio concertado de Cantabria durante cuatro años.
Ingresé en el Seminario Conciliar en 1991, y tras la ordenación, serví en Areso y Leitza y don Fernando Sebastián me envió a Roma para estudios de Teología Fundamental. A mi vuelta, he sido profesor del C.S.E.T. San Miguel Arcángel y del I.S.C.R. San Francisco Javier, del que soy director. Fui formador del Seminario y miembro del equipo de pastoral vocacional. Desde 2005 soy director de la Casa de Espiritualidad de la diócesis, Santa María de Zamartze, a cuya comunidad pertenezco, formada por tres sacerdotes y una Virgen.
Consagrada.
En 2009 comenzaba mi andadura como Capellán Ministro del Santuario de San Miguel de excelsis, en el monte Aralar. También soy Vicario Episcopal de Mendialde (zona más vascófona). En estos años, me encuentro feliz, desarrollando el programa de conversión pastoral en nuestra Unidad de Atención Pastoral, formada por 34 parroquias, concretando la corresponsabilidad de todos los miembros de nuestras comunidades. A su vez coordino a los Santuarios de San Miguel en España, Francia e Italia, en un proyecto europeo con la meta inmediata del Jubileo del 2025.
Mi sueño es que este trabajo de equipo y mi experiencia de comunidad y fraternidad continúen redimensionados en el servicio que el Señor me ha encomendado de cara a vosotros el próximo mes de enero.
La providencia de Dios me llevó por los años 80 a Velilla del Río Carrión, como monitor de campamento, a los pies de la Virgen del Brezo. Y cuatro veces he surcado vuestro camino compostelano, desde que caminé con mi hermano Alfonso a la JMJ de 1989. De hecho, vivo sobre la calzada romana Astorga Burdeos, en la mansio de Aracaeli, actual monasterio de Zamartze. En mi peregrinaje vital hacia la Jerusalén celeste, me toca situarme más al oeste en el Camino de Santiago, y luchar con vosotros por la llegada del Reino de Dios a nuestra tierra, a los que más duele y daña su ausencia y su tardanza.
Vuestro pastor, don Manuel me ha hablado de una iglesia que afronta los retos pastorales con resolución y discernimiento. Abrazo de corazón todas las iniciativas en curso, de manera especial las del trienio que apenas estamos comenzando.
Os pido que, desde el mismo comienzo de mi servicio entre vosotros, me ayudéis a conocer a fondo vuestra realidad, con sus luces y sombras, con sus debilidades y fortalezas. Para ello anhelo visitaros y convertirme en peregrino entre vosotros en nombre de Cristo. Quiero saludaros uno a uno en vuestro ámbito, queridos sacerdotes y diáconos, consagradas y consagrados, comunidades parroquiales.
Nada de paralizar, poner en cuarentena, o esperar. Deseo sumarme a una barca que debe salir a mar abierto, a esos campos y montañas en las que bulle y sufre la vida, donde los pobres esperan el Pan y la Palabra. Mi experiencia pasada me aparta de planteamientos ingenuos y falsamente complacientes, y me invita a reconocer, interpretar y elegir desde el Espíritu los retos.
Dios nos marca el camino de una Iglesia donde primado, colegialidad y sinodalidad hacen resonar la hermosa música del Evangelio de Jesús. Rezo por vosotros y os pido vuestras oraciones.
Que San Antolín y la Virgen de la Calle rueguen por nosotros.
Paz y Bien.