Cada centro educativo, a partir de las instrucciones de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, ha funcionado con un protocolo que puede variar ligeramente según cada caso. Las medidas establecidas tienen diferente alcance, afectan a los espacios comunes, a la forma de relacionarse con el medio que les rodea y a las relaciones interpersonales.
En los más pequeños este ‘entorno controlado’, que limita el contacto físico y esconde las emociones bajo la mascarilla, hace difícil el aprendizaje por imitación e influye en la adquisición del lenguaje y la conciencia fonológica. Como explica a Onda Cero Maribel Díaz-Madroñero, maestra de Educación Infantil desde hace casi veinte años.
Cambia la metodología, no se pueden compartir materiales y eso elimina del aula espacios con especial significado para los niños como el ‘rincón de los cuentos’. Además, el conocimiento del medio ha quedado muy reducido porque apenas se ha podido invitar a clase a personas del exterior para compartir su experiencia con los pequeños y ellos tampoco han podido salir.
En este contexto la pandemia afecta también, por ejemplo, al sistema inmune o en la gestión de emociones.
No se puede olvidar que los más pequeños absorben e interiorizan toda la información que llega a sus mentes, adaptándola a su nivel.
De ahí la importancia, destaca Díaz-Madroñero, de proporcionarles ‘tranquilidad, dentro de la seguridad’ y ser muy conscientes, tanto padres como maestros, de que los niños, sobre todo a edades tempranas, son el espejo en que se reflejan los adultos.