Hace dos décadas la plantilla de Correos rondaba los 40.000 trabajadores y ahora mismo son unos 5.000. Además, el negocio se ha reducido a algo similar a una empresa de paquetería y desde el Gobierno aseguran que da pérdidas. Sin embargo, desde UGT afirman que otras empresas dedicadas a lo mismo han arrojado cifras positivas y no les convencen unos argumentos que parecen encaminados a justificar el cierre.